Hellraiser. El corazón condenado, de Clive Barker en Chica Sombra

Publicado el 12 noviembre 2017 por Hermidaeditores
Enlace al medio

Hellraiser: El corazón condenado, o cuando el placer y el 

dolor se fusionan

 November 112017  5 Comments
Colección
La Caja de Pandora
Autor
Clive Barker
Portada
Sebastián Cabrol
Páginas
172
















Sinopsis:

En esta nueva versión al español de Hellraiser, que ahora publicamos con su título original, El corazón condenado, los lectores podrán acercarse a esta ya clásica novela de terror con una perspectiva nueva.

Considerada la mejor novela de 1986 en el Reino Unido, treinta años después se ha convertido en una obra de culto tras la primera versión cinematográfica que se hizo de ella en 1987.

Clive Barker aborda en sus páginas cuestiones cruciales como el amor y la desesperación, el deseo, la muerte y la sangre mediante metáforas sugerentes, reflejando el hedonismo desenfrenado hasta límites trascendentes. La misión de los demonios llamados «cenobitas» es torturar con placer a los que acceden a ese nivel mediante la manipulación de un cubo cuya resolución da derecho a «tener las sensaciones más intensas». El resultado de la ceguera de quienes buscan el placer de forma vertiginosa, malinterpretando el mensaje de los cenobitas, no es otro que la llegada al mismo infierno.


Opinión personal:

Edgar Allan Poe. H. P. Lovecraft. Stephen King. Hay que reconocer que poco se puede discutir sobre los nombres de los principales escritores de terror de la historia de la literatura. Sí, debatir podemos debatir mucho alrededor de los tres mencionados, sobre todo, por los motivos por los que se les puede considerar como los maestros del terror, pero no se pueden negar los méritos conseguidos para que estén donde están; reconocimiento, obras de referencia, prosa, alcance, importancia, premios, ensayos alrededor de su figura, menciones, legado... Con tales argumentos, es imposible, o al menos se hace muy complicado, negar que Poe, Lovecraft y King son los tres pilares básicos de la literatura de terror desde hace décadas, e incluso, en numerosas ocasiones, también de la fantasía y la ciencia-ficción, aunque en mucha menor medida, por supuesto. Sin embargo, y como resulta evidente, no son los únicos autores destacados en el género de terror. Existen muchos que no han llegado a esa línea que distingue a los que están de paso de los que van a quedarse durante mucho, mucho tiempo, y algunos de los conceptos que logran lo uno y no lo otro ya han sido mencionados al hablar de los reunidos por los tres maestros del terror. Dicho de otra forma, hay quienes poseen algunas de las citadas características, otros unas pocas y unos cuantos todas al completo, como Poe, Lovecraft y King. Por fortuna, el autor del libro del que hoy os hablo, tiene tantas que perfectamente podría colarse en la exclusiva lista ofrecida al principio. ¿Cómo no hacerlo con quien el propio King describió como el futuro del terror (del horror, según la traducción)? Sí, estoy hablando de Clive Barker.Podemos pensar en Ramsey Campbell, en Dean Koontz, en R. L. Stine, en James Herbert, en Joe Hill... y ninguno de ellos se acerca a Clive Barker, aunque no es del todo justa la comparación si tenemos en cuenta que lo único que tienen en común es el género principal al que se dedican. Comparten historias y maneras de ver, saborear, tocar y plasmar el terror, pero al final, Barker coge otra vía, tan efectiva y correcta como la de sus compañeros, aunque con un toque que lo hace estar un poco por encima. Barker es fantasía oscura, es gore, es hermosa depravación, es prosa exquisita que sangra mientras recorre las páginas y nuestra imaginación, es cultura ancestral, es lo que se esconde en las profundidades de la Tierra, es sexo descarnado, es inquietante y malvada sensualidad, es el monstruo que no conocemos, es el asesino con máscara de abominación, es la abominación con disfraz de seductor... Clive Barker es todo eso y mucho más. Todo lo que diga sobre él, en las breves líneas de la presente reseña, no servirá para explicar en profundidad la figura y obra del polifacético escritor, que hoy te escribe una maravilla del terror y la fantasía como es "Cabal", mañana pinta cuadros con algunos de sus atractivos y siniestros diseños, mientras gana premios con "Libros de Sangre", no sólo una de sus mejores obras, sino una de las mejores antologías de terror de la historia. Ahí es nada. Y sin olvidar la faceta cinematográfica de Barker, sus creaciones para el mundo de las figuras de coleccionista e incluso un par de aventuras en el universo de los videojuegos que se saldaron con "Clive Barker´s Undying" y "Clive Barker´s Jericho", perfectos para conocer su personal y particular universo repleto de horrores místicos, engendros de piel extensible y fantasmas con deseos muy mundanos. Si Stephen King es una marca desde hace décadas, Barker no se queda atrás, aunque el no publicar títulos como churros le ha costado quedarse un par de peldaños por detrás en cuanto a reconocimiento, pero no en cuanto a calidad, de lo que Barker va sobrado.Para la gran y pequeña pantalla, Barker nos ha dejado auténticas joyas del cine de terror, ya sea encargándose él mismo de las adaptaciones de sus propias obras, o siguiendo muy de cerca las que se han ido realizando, aunque algún que otro tropiezo también se ha sucedido, claro. ¿Os suena "Razas de Noche"? Basada en "Cabal", funcionaba a todos los niveles; como adaptación y como perfecta película del género, una de esas obras de culto admiradas, reverenciadas y queridas todavía hoy, gracias, en gran parte, a la dirección de Barker, los personajes de Barker, los monstruos de Barker, el trabajo de maquillaje, el desarrollo de la historia (pocos cambios hay con respecto al libro y, sin embargo, no resulta una adaptación aburrida para quienes lo hayan devorado) y ese enorme villano interpretado por nada más y nada menos que el director David Cronenberg, un Cara Botón que es un robaescenas en toda regla, algo que también lo era en la novela original. Algunos relatos de "Libros de Sangre" también ha sido adaptados al cine, aunque no por él, sin olvidar un filme tan popular como "Candyman", gran ejemplo de cine de terror de los 80 en los 90, al igual que la mencionada "Razas de Noche", y que fue la primera entrega de una trilogía que nos presentó al psycho killer de leyenda Candyman, en la línea de los consabidos Freddy Krueger, Jason Voorhees, Michael Myers, Pinhead y Chucky, en especial, a partir de la segunda producción. Y sí, entre estos monstruos modernos, y como suelen hacer infinidad de reportajes acerca de los más famosos psycho killers del celuloide, he incluido a una de las más reconocidas creaciones de Clive Barker, la que más, en realidad, si nos atenemos a la cantidad de filmes en los que ha aparecido. Hablo del líder de los cenobitas, Pinhead, uno de los demoníacos protagonistas de "Hellraiser", basada a su vez en la novela corta "El corazón condenado" en el original, aunque conocida siempre como "Hellraiser", o ahora, gracias a la excelente edición de Hermida Editores, "Hellraiser: El corazón condenado", una lógica fusión de ambos títulos que, presupongo, se ha llevado a cabo con motivo del marketing (anteriormente, la edición iba a salir sólo como "El corazón condenado").Fue el propio Barker el que se encargó de trasladar al celuloide su historia de sexo, sangre, placer, odio y dolor donde todo gira alrededor de la maldita Caja de Lemarchand, un artilugio-puzzle que, si se resuelve, abre una puerta a lo que se supone el mismísimo Infierno, donde unos extraños y deformes seres, los cenobitas, invitan al poseedor del cubo a una eternidad de torturas y placeres más allá de la imaginación, un mundo donde la agonía y el éxtasis es lo mismo. El filme es hoy una de las obras cumbre del terror ochentero, yendo más allá de otros títulos compañeros de cartelera, y la novela, publicada sólo un año antes, se convirtió en uno de los títulos de referencia del género de terror, siendo incluso uno de los más importantes de ese año en el Reino Unido. Nominada a varios premios, "Hellraiser: El corazón condenado" siempre ha sufrido en nuestro país el mismo tipo de maltrato que han tenido la desgracia de padecer la mayoría de los títulos de Barker, es decir, portadas que se centraban en la adaptación cinematográfica de turno (la última edición que me leí de "Hellraiser" prácticamente se anunciaba como la novela de la película), traducciones no muy correctas y una promoción que desmerecía bastante lo que es Clive Barker fuera de nuestras fronteras, como si aquí no se mereciera ser conocido más allá de los que llevamos años leyéndole; no es al único autor internacional al que le ocurre, porque ahí tenemos a Jack Ketchum y a Ramsey Campbell, por poner dos ejemplos rápidos, quienes deberían gozar en España de la misma popularidad que King, y en cambio, cuesta encontrar algunos de sus títulos, si es que tenemos suerte de que sigan estando en catálogo, si no, hay que tirar del salvavidas que es el mercado de segunda mano.Por fortuna, Hermida Ediciones ha venido a reivindicar el gran trabajo de Barker con una edición a la altura de la historia que escribe, siendo su "Hellraiser: El corazón condenado" (el título original es de vital importancia en el argumento principal, os lo aseguro) la, por ahora, edición definitiva de esta novela corta. El papel, la nueva traducción, el añadido del título original (detalle que me parece excelente como seguidor de Barker que soy), ese color morado en la portada y la contraportada, las solapas, la maquetación, el ajustado precio, la genial ilustración de portada (al fin dejamos de lado a los cenobitas y nos centramos en Frank, para mi gusto, el verdadero monstruo de la historia) y el cuidado, en general, que se ha puesto en la edición, son características que la convierten en una tentación difícil de ignorar, tanto si el lector ya tiene las anteriores, como si nunca se ha leído una de las más reconocidas obras de Barker, lo cual pinta como perfecta la ocasión. Por supuesto, la historia es la misma, ahí no se ha tocado nada, y nos presenta a Frank abriendo la siniestra caja en busca de nuevas experiencias que vayan más allá de todas las que ha vivido, momento en el que se topa con los cenobitas, quienes se lo llevan. Tiempo después, la casa donde vivió Frank es ocupada por su hermano y la esposa de éste, interviniendo de vez en cuando una de las mejores amigas de Rory, Kirsty, enamorada en secreto (o no tanto) de éste. Todos juntos entrarán en el horror que supone la supervivencia de Frank, su necesidad de sangre para resucitar y la presencia en las sombras de los cenobitas, que nunca dejarán que escape de sus ganchos.Terminando, la nueva edición "Hellraiser: El corazón condenado" es perfecta tanto para fans de Barker como para quienes se acerquen a él por primera vez. Para los primeros, resulta una edición bonita, muy atractiva y a un precio muy adecuado para todos los bolsillos; evidentemente, tiene mucho que ver la longitud de la novela, novela corta en realidad, al contrario que, por ejemplo, "Libros de Sangre", una de las obras de Barker que también ha disfrutado en los últimos tiempos de una magnífica reedición acorde con lo que se merece el autor, aprovechando la pérdida de derechos de muchos de sus trabajos por parte de una editorial que ponía mucho esfuerzo, pero a veces metía también bastante la pata. Es el momento de reconocer la gran labor de editoriales como Hermida, y pensar en futuras nuevas ediciones de títulos de Barker (¿para cuándo "Cabal" al estilo de esta "Hellraiser: El corazón condenado"?), mientras degustamos las que nos van llegando. En cuanto a la historia en sí del libro, estamos ante uno de los títulos más importantes de la literatura de terror, poseedor de algunas páginas realmente inquietantes, una obra esencial para conocer de qué es capaz Clive Barker. Ni siquiera el haber visto antes el filme (en el que pocos cambios se pueden contar, aunque el más trascendental es el del parentesco de Kirsty con Rory, algo que cambia el sentido de muchas partes de la historia, en especial, su final) consigue que sea una lectura pesada, un déjà vu continuo. "Hellraiser: El corazón condenado" es una novela que se termina rápido, no porque sea corta, sino porque absorbe por completo, como lo hace la habitación de Frank con la sangre. Y ahora, es una novela que, al fin, disfruta en nuestro país de la edición que se merece.