Helter Skelter: 50 años de los asesinatos de la Familia Manson.

Publicado el 11 agosto 2019 por Mumbo @OMasti2012

El próximo 15 de agosto se estrena en las carteleras la novena y última película del cineasta estadounidense Quentin Tarantino, "Érase una vez en... Hollywood". Un filme que se centra en el panorama cambiante de la meca del cine a finales de la década de 1960, cuando la industria empezaba a olvidarse de los pilares clásicos, y cuando se perpetró uno de los crímenes más espeluznantes de la historia del celuloide: el de Sharon Tate, actriz y esposa del cineasta polaco Roman Polanski, a manos de la secta satánica de Charles Manson.
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El pasado viernes 9 de agosto se cumplieron cincuenta años de aquellos atroces asesinatos, los cuales siguen generando a día de hoy interés y controversia a partes iguales. Se podría afirmar que el mundo aún no ha podido superar la violencia y crueldad desatadas por aquel grupo de jóvenes fanáticos, que seguían las órdenes de un líder obsesionado con el apocalipsis, y que se dedicó a jugar con sus frágiles mentes mientras observaba desde la lejanía. Hollywood tampoco ha podido olvidar tales sucesos y por ello no ha querido desperdiciar tan señalada efeméride para plagar la cartelera con películas que recuerden uno de los episodios más catárticos de su historia. En concreto son tres, todas ellas muy diferentes entre sí. Una es evidentemente la de Tarantino, siendo las otras dos: "The Haunting of Sharon Tate" de Daniel Farrands y "Tate" de Michael Polish.
TRES PELÍCULAS, UNA MISMA HISTORIA:
Como sabemos, en "Érase una vez en... Hollywood" Margot Robbie da vida a Sharon Tate; aunque el filme no se centra de forma exclusiva en el tema, sino que enmarca su premisa en los meses previos al suceso. De hecho y como apuntaba más arriba, se centra en el panorama cambiante de Hollywood a finales de los sesenta, siguiendo a la estrella de un western televisivo Rick Dalton (encarnado por Leonardo DiCaprio), vecino de la también actriz y modelo Sharon Tate, y el cual intenta amoldarse a estos cambios al mismo tiempo que su doble, llamado Cliff Booth (interpretado por Brad Pitt) .

Por otro lado, la cinta de Farrands está protagonizada por Hilary Duff y ha causado controversia desde que se supo su existencia. El motivo es que su base argumental se sustenta en una frase de la propia Sharon Tate, sacada de una entrevista que dio para la revista Fate, en la cual aseguraba un año antes de su asesinato que tenía sueños "extraños" en los que vaticinaba ser asesinada por un culto satánico. Una serie de premoniciones que tuvo después de que un hombre llamado Charlie llamara a su puerta, cosa que según Debra (la hermana de Sharon) nunca sucedió, ya que no existe ningún archivo al respecto que lo confirme. Además, también ha criticado duramente que tanto ni este proyecto, como la película de Tarantino, han contactado con los allegados de Sharon pero sí querían " explotar" su muerte en taquilla. "Desde que los medios se volvieron locos con el caso y perpetuaron medias verdades inventándose hechos lo han convertido todo en algo salaz. Ahora ha mutado hacia una historia que tiene más de ficción que de lo que pasó en realidad", -declaraba Debra a finales de 2018 a Deadline, donde también denunciaba que"se celebre a los asesinos de forma sexy o aceptable para perpetuar lo peor de nuestra sociedad [...] Llevo 50 años lidiando con esto. Necesitamos pararlo". El trailer de "The Haunting of Sharon Tate" se publicó en internet el pasado mes de enero pero fue retirado a los pocos minutos, probablemente debido a que mostraba imágenes gráficas y potencialmente ofensivas. (1)
Por último y a diferencia de las anteriores, "Tate" de Michael Polish sí que cuenta con el beneplácito de la familia de Sharon, en la que Kate Bosworth encarna a la actriz en un filme que recrea su vida obviando el episodio de la masacre. "Esta película solo celebrará su vida. Ni violará su figura ni explotará su muerte. Durante demasiado tiempo esta bella mujer repleta de luz ha tenido que estar atada a la tragedia. Ya es hora de quitarle el micrófono al maníaco. Es su momento" , - escribió Bosworth en su cuenta de Instagram cuando anunció que protagonizaría la cinta.
CRÓNICA DE UN SUCESO TERRORÍFICO:
Llegados a este punto, sería pertinente adentrarnos en los hechos acontecidos. Antes de nada, pongámonos en situación retrocediendo año y medio antes de la masacre. Por entonces, en Londres un pequeño grupo de tipos creativos ataviados con medallones exhibían coches psicodélicos, casas señoriales y segundas residencias en Chelsea. Solían coincidir en eventos frenéticos y uno de los más iconográficos fue la boda, en enero de 1968, del director Roman Polanski y la actriz texana de 25 años Sharon Tate. Fue un acontecimiento bullicioso con conejitas del Playboy Club y el halo de 'celebrities' como Sean Connery, Michael de Kent, los Stones, Rudolph Nureyev, Peter Sellers o Vidal Sassoon. El padre de la novia, el coronel Paul Tate, miraba con el ceño fruncido a las amistades de su hija, "esa gente de Sodoma", sin sospechar que Sharon seguía una dieta de brownies de hachís de confección propia.
Ya en Hollywood, los recién casados alquilaron una casa en Benedict Canyon con jardín inglés, piscina, pozo de los deseos y una amplia vista panorámica del mar, que además estaba en una calle llamada Cielo Drive. De ese almíbar suele nutrirse lo siniestro. Los anteriores inquilinos habían sido Candice Bergen y su novio, el productor discográfico Terry Melcher, hijo de Doris Day. Polanski, que acababa de estrenar 'La semilla del diablo', parecía curado de su terrible sensación de desgracia inminente cuando las cosas iban bien, su "obsesión polaca". Desde que gasearon en Auschwitz a su madre embarazada, vivía la felicidad como un mal presagio, y por entonces él era feliz como una perdiz. Se le veía con Sharon por las colinas de Hollywood a bordo de un Ferrari rojo con cojines 'pop-art' y varillas de incienso. El director no se había quitado de sus actividades extracurriculares y no perdía ocasión de mejorar su 'score' sexual. Entre él y Sharon había un acuerdo: él le mentía y ella hacía como que se lo creía. Cuenta Christopher Sandford, biógrafo de Polanski, que Sharon confesó a su amiga Mia Farrow que había decidido dedicar su vida a una sola causa: complacer a su marido. Y no estaba dispuesta a arriesgar su matrimonio porque él se tumbara a alguna 'starlette'.
Poco después de que los Polanski se instalaran en Cielo Drive, un tipo con aspecto de aterradora insignificancia, pequeño, ligeramente encorvado, con melena castaña y barba tupida, llamó a la puerta y preguntó por Terry Melcher, el anterior inquilino de la casa. El sujeto se llamaba Charles Manson, tenía 34 años, era semianalfabeto, llevaba entrando y saliendo de reformatorios y cárceles desde los 12 años, viajando al mal en pasos pequeños, demonizándose poco a poco. Músico aficionado, pretendía que Melcher produjera algunas de sus canciones; pero, más que compositor, era un delincuente con un abanico de delitos que agotaban medio Código Penal: robos de coches, allanamientos, agresiones, estafas, falsificación de cheques y proxenetismo. El yerno ideal para la mujer del diablo, vaya. En libertad condicional tras una condena por trata de blancas, se había instalado en el Rancho Spahn, en el desierto californiano, donde cultivaba su particular filosofía, una mixtura de esoterismo, ideas libertarias de los hippies, letras de los Beatles, el libro del Apocalipsis y los discursos de Hitler. Una mezcla venenosa, sobre todo cuando se ponía hasta arriba de hierba, peyote o LSD. Su delirio atrajo a una treintena de ovejas descarriadas, sobre todo chicas fugadas de su zona de confort de clase media, que lo obsequiaban con todo un Kama-sutra. Se llamaban 'La Familia'. Era como si Manson hubiera puesto en el felpudo un mensaje de bienvenida para frikis sin causa y bestias descerebradas que se dejaban fascinar por aquel profeta, cuya empanada mental tenía efectos balsámicos, como una mano fría sobre una frente afiebrada.
Sharon salía de cuentas a mediados de agosto, más o menos coincidiendo con el 36 cumpleaños de su marido, que era el día 18. El lunes 21 de julio, el hombre caminó por la Luna por primera vez y Polanski lo vio en Londres por la tele. El 8 de agosto, viernes, llamó a su mujer y hablaron una media hora, le dijo que volvería a casa en tres o cuatro días, a tiempo para el parto. Aquella noche, Sharon tenía previsto cenar con su exnovio Steve McQueen, que canceló el compromiso porque prefirió pasar la noche con una de sus amantes. Así que Sharon se fue a cenar a El Coyote de Beverly Hills con tres amigos: Jay Sebring, peluquero de Hollywood y toda una celebridad que había inspirado la película Shampoo; Abigail Folger, pareja de Sebring y heredera de la fortuna del café Folger, y Voytek Frykowski, íntimo de Polanski. A las 10 de la noche estaban de vuelta en Cielo Drive, la casa olía a marihuana y a queso polaco liliput.
A 30 kilómetros, en el Rancho Spahn, la Familia Manson había inventado un juego al que llamaban 'Creepy-crawl' (Rastreo espeluznante). Cinco o seis miembros del clan se armaban con cuchillos, escogían una casa al azar, la allanaban mientras sus ocupantes dormían y ponían la casa patas arriba. En torno a las 10 de la noche, Manson señaló a cuatro de sus acólitos: Tex Watson, de 23 años; Patricia Krenwinkel, de 21; Susan Atkins, de 21, y Linda Kasabian, de 20, y les dijo: "Helter Skelter está aquí". Era una alusión al título de una canción del White Album de los Beatles y el nombre que había elegido Manson para una orgía de terror.
Los elegidos se montaron en un Ford oxidado, amarillo y blanco. Cuando arrancó, Manson les dijo: "Dejad una señal. Algo diabólico". Condujeron hasta la antigua casa de Terry Melcher en Cielo Drive y a medianoche aparcaron delante del 10.050. La situación de la vivienda, aislada y al final de una calle cortada, la convertía en "un bombón", según dijo Watson a la policía. Watson trepó al poste telefónico y cortó el alambre. Luego bajaron un terraplén y entraron en la finca armados hasta los dientes. Vieron un coche que se acercaba, un Rambler de 1965 que resultaba incongruente entre los Porsches y Ferraris aparcados alrededor. Lo conducía Steven Parent, un chaval de 18 años que no tenía ninguna relación con los Polanski. Watson lo detuvo, metió la mano por la ventanilla, le rajó el brazo izquierdo y le disparó cuatro veces. Murió en el acto. Ya en la casa, encontraron a Wojtek Frykowski adormilado en el salón, Watson lo encañonó y le dijo: "Soy el diablo y estoy aquí para hacer lo que hace el diablo". Luego despertaron a los demás y los obligaron a tumbarse boca abajo. Sebring pidió que dejaran sentarse a Sharon y Watson le descerrajó un tiro en la espalda y siete cuchilladas.
Frykowski, un tipo atlético, se resistió y hubo lucha, pero estaba colocado y no pudo hacer nada, Watson le disparó dos veces, luego lo golpeó con tanta fuerza con la pistola en la cabeza que rompió la culata, lo remataron con 51 puñaladas. A Abigail Folger la acuchillaron 28 veces. Sharon fue la última en morir. Watson ordenó a Atkins que la matara, mientras la actriz gritaba: "No, por favor, no quiero morir, quiero tener a mi hijo". Sus últimas palabras fueron: "Mamá, mamá". Acto seguido Atkins le dijo: "Mira, zorra, te vas a morir y no me importa nada", fue lo último que escuchó la actriz antes de que la mujer adoctrinada por Manson se abalanzara sobre su cuerpo y le asestara 16 puñaladas. Luego se le ocurrió extraer el feto para llevárselo como trofeo a Manson, pero se le atascó el cuchillo y Watson gritó: "¡Vámonos!". A eso que llamamos destino le gustan las simetrías macabras: el primer papel importante de Sharon Tate fue en "El ojo del diablo", un thriller satánico con asesinatos rituales.
Ensangrentados y descostillándose de risa, los asesinos salieron al jardín. Watson se acordó de las órdenes de Manson y ordenó a Atkins que volviera a entrar y pintara algo diabólico. Atkins pintó con sangre "CERDO" en la puerta de entrada. A las dos de la madrugada llegaron a su refugio del desierto y encontraron a Manson bailando desnudo con una acólita. Le dieron el parte de incidencias: desde luego había sido Helter Skelter, un desenfreno de pirados macabros, de fósiles vivientes de alguna especie maldita de bestias. La psiquiatría los llama psicópatas, pero la etiqueta no resuelve el enigma de su putrefacción. Lo que la filósofa Hannah Arendt llamó "la banalidad del mal" se refería a la desproporción entre la persona y el crimen en el caso de los funcionarios nazis, sujetos modestos con apariencia de normalidad, obedientes ruedecillas de la maquinaria administrativa de un Estado asesino.
Pero en Manson no existía tal desproporción, no tenía ninguna apariencia de normalidad, ni obedecía a algo superior a él, era un monstruo sádico, un genio del mal, un tipo tan terroríficamente anormal que la noche siguiente repitió la matanza. Reclutó a media docena de esbirros del clan, subieron de nuevo al viejo Ford y recorrieron al azar las calles de Los Ángeles. Pararon en el 3.301 de Waverly Drive, algo más abajo del letrero de "Hollywood" en Griffith Park. Entraron en una casa y cosieron a puñadas al matrimonio de Leno y Rosemary LaBianca, de 44 y 38 años. El marido fue apuñalado 12 veces con un cuchillo y otras 14 con un tenedor de trinchar; la mujer recibió 40 cuchilladas. Después, escribieron con sangre "MUERTE A LOS CERDOS" y "ALZAOS" en las paredes, así como las palabras "HAELTER SKELTER" (sic)sobre la nevera. Una vez terminada la masacre, los asesinos se ducharon y comieron sandía en la cocina. Aquellas dos noches pusieron punto final al buen rollo de la 'Era de Acuario' y otras utopías.
Se iniciaba así la leyenda más maldita de la historia del pop. A nadie se le escapaba que "Helter Skelter" (en su ortografía correcta) era una canción de The Beatles. ¿Habría sido la música de los 'Fab Four' el detonante de uno de los crímenes más famosos de la historia? ¿Fue el 'White album' el causante de despertar los instintos homicidas de Charles Manson?

HELTER SKELTER, UNA CANCIÓN MALDITA:
Todo empezó con una entrevista de 1967, según manifiesta Paul McCartney, el autor de Helter Skelter, en el libro 'The Beatles Anthology': "Yo estaba en Escocia y leí en el Melody Maker que Peter Townshend (líder de The Who) había dicho: 'Acabamos de grabar el disco de rock más desmadrado, estridente y divertido que hayáis oído jamás'. Nunca averigüé qué disco era ese pero me dio una idea. Les dije a los otros: 'Creo que deberíamos grabar la pieza más ruidosa, salvaje, sucia y escandalosa del rock, y compuse Helter Skelter". Como apunte, mencionar que en la biografía que Philip Norman realizó sobre McCartney se aclara el misterio: se trataba de "I can see for miles", perteneciente a su tercer álbum "The Who Sell Out", lanzado en diciembre de ese mismo año. (3)
Helter Skelter sería la avanzadilla de "The Beatles", el disco que todo el mundo conoce como el "White Album" o "Álbum blanco". Con la canción, Paul se enfrentaba a un doble reto: sonar con más contundencia y brutalidad que The Who, los nuevos niños malos del rock británico y, de paso, sacudirse el sambenito de compositor de baladas en el que le había arrinconado la personalidad de su compañero de banda, John Lennon. Así que el tema se compuso, pues, casi como un divertimento, y de ahí recibe el título, que curiosamente hace referencia a un inocente tobogán en espiral, una atracción popular en los parques británicos de la época. (4) Parece que la traducción más adecuada del título sería "descontrol" o "desorden"; aunque en España un tipo de lo más creativo lo tradujo como "ni crudo ni cocido", del mismo modo que en latinoamérica que recibió el singular nombre de "A troche y moche". "Utilicé el símbolo del 'helter skelter' como un viaje desde lo alto hasta el suelo, el auge, la caída y decadencia del Imperio Romano", -afirmó McCartney.

Para lograr el objetivo de sonar de manera salvaje, tal como la banda londinense, los de Liverpool debieron grabar de manera alocada, convirtiéndose las sesiones de grabación en tediosas y exhaustivas. Primero grabaron una versión de más de 20 minutos durante un ensayo realizado el 18 de julio de 1968, de la cual cabe decir que permanece inédita. Luego grabaron una versión más corta los días 9 y 10 de septiembre, que es la que finalmente salió editada en el álbum. Posteriormente, la mezcla en mono se realizaría el 17 de septiembre y la mezcla en estéreo el 12 de octubre. (5)
El periodista Bob Spitz cuenta detalles en su obra 'The Beatles: the biography': "Originalmente se ejecutó durante unos épicos veintisiete minutos. El objetivo de los Beatles era reducir la cacofonía a cuatro minutos elegantes. En un estudio lleno de perfeccionistas, no fue una tarea fácil. Tiraron todo lo que tenían en los micros para hacer la canción 'más fuerte y más sucia': distorsión, feedback, eco, silbidos de cinta, aullidos. John intentó tocar el saxofón en un dúo con Mal Evans, igualmente deficiente en la trompeta. La voz salvaje de Paul, que estaba respaldada por John y George, mantuvo a los medidores Vu en la línea roja durante todo el embate ensordecedor". En la misma línea, Ringo Starr, el baterista de la banda británica, recuerda con claridad el momento de la grabación en el estudio. "'Helter Skelter' es una canción que grabamos en el estudio, riéndonos como locos y totalmente desmadrados, a veces tienes que dar rienda suelta a lo que llevas dentro, y en esa canción (en la que predomina el bajo de Paul y mi batería), Paul se puso a cantar a voz en cuello y la compuso en un santiamén", -señala en el Anthology.

Según cuenta Spitz en su obra, la banda le pedía a Ringo que tocara su instrumento de manera agresiva. "Seguían presionando a Ringo para que 'solo golpeara la mierda fuera de los tambores, simplemente los matara', mientras enrollaba sus brazos alrededor del kit. Según el ingeniero en escena, él 'tamborileaba como si su vida dependiera de ello'. Después de una particularmente feroz decimoctava toma, Ringo arrojó sus palos por la habitación y gritó: "¡Tengo ampollas en los dedos!" que proporcionó el final perfecto para una canción tan imperfecta". (6)
La canción representa un quiebre importante en la producción musical de The Beatles, por lo cual ha sido objeto de comentarios encontrados entre la crítica. En este sentido, se pueden encontrar reseñas que celebran la brutal audacia de esta pieza, así como la salvaje interpretación de McCartney, calificándola de "extraordinaria", como Richie Unterberger de AllMusic, hasta quienes celebraron la aparición en CD del 'Álbum Blanco', ya que les facilitó la tarea de obliterar esta composición, como Rob Sheffield de la revista Rolling Stone. Por otro lado, John Lennon dijo al respecto, en una entrevista de 1980: "Eso es Paul completamente... No tiene nada que ver con nada, y mucho menos conmigo". No obstante, entre los músicos de rock, goza de una amplia aceptación, como lo demuestran las múltiples versiones que han realizado diferentes bandas como Aerosmith, U2, Siouxsie and The Banshees, Mötley Crüe, entre otros muchos. (5)
Aunque la canción no solo se hizo célebre por su potencia, o por ser uno de los precedentes para estilos como el heavy metal y el punk rock; sino que como bien sabemos, se relacionó con los siniestros sucesos acaecidos en Cielo Drive. Se supone que la canción habla de disfrutar a tope, de pasarlo bien aunque hay quien creyó descifrar otro significado menos divertido. Los adeptos de Charles Manson confirmaron la obsesión de éste por la canción, que escuchaba día y noche, creyendo que la habían escrito específicamente para él. Manson descubrió a los Beatles en la cárcel de McNeil, en 1964, cuando estos iniciaron su primera gira por EE. UU. Cumplía una condena de seis años por estafa y, sin gran cosa que hacer, se pasaba todo el día tocando la guitarra, leyendo el Nuevo Testamento y escuchando a los Beatles. Al salir, en 1967, Estados Unidos había cambiado: era el Verano del Amor, el de las drogas, el del sexo libre, el de una búsqueda incasable de respuestas en una nueva espiritualidad.
Era el momento ideal para que prosperara un lunático como Manson. Se hizo con una pandilla de acólitos y se los llevó a vivir a un rancho en el desierto, convencido de que era el nuevo Jesucristo. No pasaba de ser una demencia colectiva y ordinaria, hasta que los Beatles publicaron el 'Álbum Blanco' y Manson escuchó Helter Skelter. Un miembro de la llamada 'Familia Manson', Catherine Share, afirmó: "Charlie escuchaba el Álbum Blanco una y otra vez. Creía que los Beatles hablaban de lo que él había predicado durante años. Según él, cada una de las canciones del disco hablaba de nosotros". A su vez, Vincent Bugliasi, el fiscal que llevó el caso, incluso se atrevió a fijar el momento exacto de la epifanía en su libro 'Helter Skelter. The True Story Of The Manson Murders': "según el testimonio de uno de los miembros de La Familia, Brooks Poston, la Nochevieja de 1968 en el Rancho Myers próximo al Valle de la Muerte, Manson los reunió y les dijo: "¿Os dais cuenta de lo que los Beatles están diciendo? Se acerca el Helter Skelter. Los Beatles dicen la verdad"". (3)

El mundo no estaba preparado para algo tan experimental como el Álbum Blanco, y mucho menos Manson. Los sonidos incongruentes, las reverberaciones, las frases ilógicas... fueron el combustible que precisaba su delirio. Lo cuenta McCartney en el 'Antology': "Charles Manson interpretó que 'Helter Skelter' estaba relacionado con los cuatro jinetes del Apocalipsis. Sigo sin saber qué tiene que ver nuestra canción con ese pasaje del libro profético de la Biblia. Yo no lo he leído, de modo que no lo sé, pero Manson lo interpretó así, que en la canción 'Helter Skelter' nosotros éramos los cuatro jinetes y que nos habíamos propuesto exterminar a todo el mundo".
Por su parte, Ringo señaló: "Fue espantoso. Yo conocía a Roman Polanski y a Sharon. ¡Qué época más terrorífica! Nos quedamos helados ante ese estallido de violencia en medio de aquel ambiente de amor, paz y psicodelia. Fue horrible". También en el 'Anthology', George Harrison aventuró una explicación más profunda. "Todo el mundo quería aprovecharse del fenómeno de The Beatles. La policía, los promotores, los alcaldes y hasta los asesinos. The Beatles constituían un tópico, el tema más comentado del mundo, y todos quisieron sacarle jugo, fuera o no por nuestra culpa. Nos disgustó mucho que nos asociaran con un tipo tan indeseable como Charles Manson". (6)
Los macabros sucesos que se relacionaron a esta canción la convirtieron en una "canción maldita". Todo el mundo conoce a los Beatles y sus canciones más famosas, pero pocos recuerdan Helter Skelter, pues nunca se incluyó en los recopilatorios. (4)

En una entrevista a Lennon en Enero de 1971 para la revista Rolling Stone, se le preguntó su reacción sobre la interpretación de Manson: "Está chiflado. Es como algunos de los fans de The Beatles que podían 'leer misticismos' en nuestras canciones e incluso algunos intelectuales, que nos interpretaban y nos veían como algo simbólico de la joven generación. A nosotros nos divertía meter esas cosas, lo hacíamos en plan de guasa. Nos tomamos muy en serio el papel que desempeñamos, pero francamente, no se qué tiene que ver Helter Skelter con acuchillar a alguien. Realmente, nunca le presté atención a la letra, era sólo un montón de ruido".
Manson, junto a su pandilla, fue arrestado tras el asesinato de Tate y condenado a muerte. La sentencia fue conmutada a cadena perpetua en 1972 debido a que el Estado de California suprimió temporalmente la pena capital. Cumplió su condena en la prisión estatal de Corcoran y se le negó la libertad condicional 12 veces. Su próxima audiencia de libertad condicional estaba programada para 2027; sin embargo, el 3 de enero de 2017, Manson fue trasladado de la prisión a un hospital por un problema médico que nunca fue revelado. Murió el 19 de noviembre de ese mismo año a los 83 años. (7)