He pasado varias semanas recorriendo Hemlock Grove y sus alrededores. Podría pasar por un pueblo corriente de Estados Unidos si no fuera por la enorme torre que allí se levanta y cuya modernidad contrasta con la decadencia del lugar desde que se cerrara la fundición que daba de comer a su población. La culpa de esto la tiene la familia Godfrey, propietaria de la torre, que pensó que era mejor dedicarse a la biotecnología que a la siderurgia, y motivos no les faltaban.Los Godfrey son ricos en dinero y también en problemas, unos más mundanos y otros más especiales, que dirigen sus vidas y las de sus vecinos.Durante mi estancia me he topado con hombres lobo, vampiros, otras criaturas sin nombre, magia, mucha sangre, mucho sexo, fanáticos religiosos y adelantos científicos. He tenido suerte y he salido ileso para contarlo, no como otros muchos...Tres temporadas dan para mucho de lo bueno y de lo extraño. La serie está cerrada aunque se deja un resquicio abierto a la trama que quizá continúe en los libros de Brian McGreevy en los que está basada, aunque lo desconozco. Protagonizada entre otros por Bill Skarsgard, que me dejó marcado en la primera temporada de Castle Rock y todavía no me he recuperado de ello. Por cierto, me encanta su Jaguar rojo, no entiendo cómo pudo cambiarlo por un Maserati. Caprichos de niño rico.