Uno de los párrafos iniciales que recuerdo de memoria, quizá porque lo leí a muy temprana edad, es el que escribió Henri Charriere, en Papillon:
La bofetada fue tan fuerte, que sólo he podido recobrarme de ella al cabo de trece años. En efecto, no era un guantazo corriente, y, para sacudírmelo, se habían juntado muchas personas.
Henri Charriere en Papillon (1999).
Traducción de Domingo Pruna y Vicente Villacampa.