Henri Duchemin y sus sombras

Publicado el 12 octubre 2016 por Santosdominguez @LecturaLectores

Emmanuel Bove.Henri Duchemin y sus sombras.Traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego.Hermida Editores. Madrid, 2016.
Con una espléndida traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego, Hermida Editores publica Henri Duchemin y sus sombras, un volumen que reúne una novela corta y otros seis relatos breves de Emmanuel Bove que se editaron originalmente en 1939 en Gallimard.
Emmanuel Bove (1898-1945) fue un escritor al margen y en ese margen viven también los personajes que pueblan estas páginas como narradores de sus experiencias ambiguas o como protagonistas en los que proyectó sus propias sombras.
Y más sombras que luces hay igualmente en estos textos en los que la fuerza de lo vivido es el soporte de una literatura directa en la que la agilidad  narrativa y la fluidez de los diálogos levantan la imagen de un mundo sombrío y de unas relaciones humanas opacas y problemáticas que quizá expliquen la influencia que ejerció en Camus o en Nathalie Sarraute o la atención que suscitaron en Handke y Ashbery, que tradujeron a Bove y de esa manera reivindicaron su forma de narrar y de mirar el mundo.
“La claridad abandonada de la lámpara solo alumbraba cosas quietas”, escribe Bove, con ese instinto para el detalle que destacó Samuel Beckett, en el primero de los relatos, ambientado en la soledad de una Nochebuena. Una novela corta -El crimen de una noche- en la que el crimen y la culpa sobrevuelan con la sombra de Dostoievski al fondo y tiñen la acción como en un sueño navideño de Dickens.
La soledad y el aislamiento, la infidelidad y los encuentros con desconocidos, la dificultad de las relaciones humanas y de pareja, el fracaso, la resistencia o el autoengaño del narrador-personaje son algunos de los hilos conductores de estos relatos construidos desde fuera por una tercera persona narrativa, como ¿Será mentira? o levantados desde dentro por una primera persona propensa a engañarse a sí misma y a engañar al lector, como Lo que vi o La historia de un loco, historias que revelan las difíciles relaciones de los personajes con un mundo opaco, con  los otros y consigo mismos.
Son seguramente proyecciones del mundo interior de Bove, tan sombrío y amargo como el regusto áspero que dejan estas narraciones.
Santos Domínguez