Ahora, volviendo a los relatos mitológicos, hay que recordar que para Hera —hermana y esposa de Zeus— el odio que sentía por Hércules era muy claro, pues además de ser prueba de una de las incontables indiscreciones de Zeus, también era quien podía quitarle a su hijo Euristeo el derecho a la corona, lo que no podía permitir.
Años más tarde y tras fallidos intentos de Hera por matar a Hércules, esta le provocó un ataque de locura que lo llevó a matar a su esposa, Megara, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos; así al recuperar la cordura y descubrir los terribles actos que había cometido, convencido por su hermano Ificles, acudió al Oráculo de Delfos —templo sagrado dedicado a Apolo y lugar de consulta de los dioses— en busca de redención, y en penitencia por sus acciones, la sibila délfica —profetisa que habitaba en el Oráculo— le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de trabajos dispuesta por su medio hermano Euristeo. Los doce trabajos fueron:
- Matar al León de Nemea y despojarle de su piel.
- Matar a la Hidra de Lerna.
- Capturar a la Cierva de Cerinea.
- Capturar al Jabalí de Erimanto.
- Limpiar los Establos de Augías en solo un día.
- Matar a los Pájaros del Estínfalo.
- Capturar al Toro de Creta.
- Robar las Yeguas de Diómedes.
- Robar el Cinturón de Hipólita.
- Robar el Ganado de Gerión.
- Robar las Manzanas del Jardín de las Hespérides.
- Capturar a Cerbero y sacarlo del Inframundo.
Después de concluir los doce trabajos y tras otras travesías, Hércules volvió a matar a un inocente y, en consecuencia volvió al Oráculo de Delfos, teniendo que servirle a la reina Ónfale de Lidia durante 3 años para conseguir redimirse.
No cabe duda que la vida familiar y sentimental de Hércules estuvo llena de complicaciones que tuvieron terribles desenlaces, y a pesar de que existen discrepancias entre las teorías de los mitólogos griegos con respecto a las valerosas hazañas de este héroe, lo que no cabe duda es que aún nos queda mucho por descubrir sobre esta fascinante mitología.