Hércules: Los viajes legendarios temporada 3

Publicado el 09 octubre 2015 por Lord_pengallan

Aunque uno lee que el peplum es difícil de definir, en realidad ahora, que tenemos perspectiva y ha terminado el neopeplum, la cosa no es difícil. El problema estriba más en si queremos diferenciarlo del Cine Histórico, del de Aventuras, del Religioso y del Fantástico en general o no. Que esto, a diferencia del cine ambientado en otros períodos históricos, sólo le ocurra al peplum es algo que se debería investigar porque aportaría luz a este problema de definición. En fin, el caso es que peplum bien podría ser toda peli occidental comercial ambientada exclusivamente en la Antigüedad (nada de convivir pasado y presente en la misma historia), lo cual quiere decir Egipto faraónico, Levante bíblico, Grecia Antigua, Roma y las mitologías de estas culturas, que además es patriarcal, es decir, conservadora, maniquea y sexista, violenta, no pretende ser histórica o adaptar con fidelidad un mito o texto mitológico y su ideología siempre es la de su presente. Por ello, aunque cine sobre la Antigüedad siempre ha habido, ya en el siglo XIX esta motivó films, ha tenido especial relevancia en períodos conservadores: cuando la 1ª Guerra Mundial, en los años duros de la Guerra Fría y en el reciente reinado neocon. Hay un período que en un principio rompe la regla, la década de los 80, pero su excepción la prueba pues el éxito de Conan, el nacionalismo yanki y la decadencia de la cinematografía italiana impidió el resurgimiento del peplum en aquella década. En los 80 el patriarcalismo encontró en el Cine de Acción un vehículo mejor para sus intereses pues esta vez no eran morales sino nacionalistas. Deste modo Hércules queda descolgada. Fuera de las épocas peplum a pesar de ser tal. No obstante, es un producto de espada y sandalia genuino muy importante para el género pues significa el enlace entre el peplum clásico, el de las décadas de 1950 y 1960, y el neopeplum (2000-2014). El clásico entró en decadencia en 1965 de tal modo que desapareció del Cine en los 80 pareciendo que su vuelta era imposible. Pero el éxito de Hércules llevó a WD a explotarlo con su nefasta peli sobre el héroe griego, que fue un éxito, lo que llevó a hacer una peli parecida sobre Moisés, lo que llevó a la producción de Gladiator, cuyo éxito dio pie al neopeplum que acaba de terminar con la última sobre Moisés haciéndose así un bonito círculo. Por tanto, Hércules es tan clave para el peplum como Cabiria, Ulises, Hércules y la mentada Gladiator.
M. Hurst es uno de los grandes valores dela serie por su comicidad y estoicismo. Ser el compa de K. Sorbo no es fácil.
Sin embargo, esta serie no es canónica pues no es patriarcal 100% ya que se hizo sin ambición y en un período progresista. Ni es una superproducción ni es una explotación. Su objetivo es entretener con poco dinero. No predicar o hacer dinero. Es un producto modesto. El progresismo de Hércules, que aunque no le quita ser patriarcal lo maquilla, se ve bien en el capítulo de la 3ª tamporada: "Los despreciables"/"Les contemptibles", me imagino un guiño a Los miserables. Merecería el tema un análisis más exhaustivo pero el susodicho es suficiente para ilustrar este punto. El capítulo en cuestión es el típico episodio hecho a partir de retales de capítulos anteriores que obedece a la necesidad de entregar un capítulo a la vez que se da vacaciones al equipo. Así, como 1/3 del episodio son escenas de capítulos anteriores. Otro rasgo atípico de "Los despreciables" es que no se ambienta en la Grecia mítica de la serie, sino en la Francia prerrevolucionaria presentando a una especie de Tulipán Negro (el cine de Capa y Espada es una referente importante para la serie, teniendo esta un entretenida versión libre de la conocida El prisionero de Zenda). Es significativo que no sea localista ambientándose en la Guerra de Independencia de EE.UU. inspirada por motivos parecidos pues la vocación internacional no es algo propio del conservadurismo yanki. Hércules es apátrida. Los valores del televisivo son contemporáneos, pero retrotrayéndolos a una Antigüedad imaginaria se les hace universales y así se hace pertinente el acudir al pasado, que siempre es legitimador.
Sonrisa o escote?Hércules como es peplum es patriarcal, pero eso no quiere decir necesariamente machismo sino sexismo, hay preferencia por el varón adulto porque es más fuerte y valiente. Pero como es progresista es seguramente el que tiene personajes femeninos más bravos. Ahí esta la antaño celebérrima Xena y, aunque normalmente en la serie las mujeres no reparten hostias, tampoco normalmente son rancias damiselas como las del resto del peplum a pesar del que el neo no tiene excusa ya. Además, como el Hércules televisivo es prácticamente célibe, no son meros intereses románticos ni todas ellas se las viste sexy o son guapas. Otra prueba desto es que, en el episodio destacado, el Tulipán Amarillo es una mujer astuta y espadachina que precisa ser salvada precisamente porque es el enemigo público nº 1. El archienemigo es femenino, su cruel madrastra Hera, la todopoderosa reina de los dioses, pero es que no se puede adaptar material machista sin consecuencias y además el antagonismo es más por temas familiares que por misoginia. La Hera de la serie no es ninguna Vamp ni esta relacionada directamente con las serpientes. El patriarcado destaca ante todo la fuerza y la valentía, que para hacerla exclusiva del varón la llama hombría, porque concibe el mundo como una lucha perpetua. Como la negociación no se concibe pues todo es cuestión de dominio, sólo queda la fuerza y la valentía para poder usarla. Por ello todo el peplum es violento y jamás cuestiona la violencia, ni siquiera cuando trata el tema del martirio cristiano. Invariablemente los protagonistas, sobre todo el masculino, siempre prefieren luchar al martirio. En cambio el Hércules televisivo siempre deja la violencia para el final y la vitupera. Así para él la violencia es sinceramente un último recurso. Por eso, aunque cada episodio de la serie siempre tiene al menos 2 peleas, no se le puede calificar de violento. Algo que constrasta con sus compañeros pues suelen ser militares, o guerreros si pertenecen a una sociedad sin ejército. El Hércules televisivo sólo usa la violencia sin probar alternativas contra animales y monstruos, es decir, contra series irracionales. Cuando estos últimos son racionales siempre tienen rasgos humanos que acaban colocándolos en el lado del Bien, el mejor ejemplo es Equidna, la madre de todos los monstruos (y su esposo Tifón, en la serie un gigante, más que bonachón, estúpido). En cambio los seres divinos, normalmente antropomórficos, siempre suelen ser malvados. El panteón griego representa en la serie, más que los fenómenos naturales o potencialidades humanas, la vanidad, la arbitrariedad y el egoísmo humanos (así apenas salen dioses positivos; por ejemplo Atenea, también por el prejuicio antintelectual de lo pop, apenas sale; en cambio Hades y Perséfone son retratados positivamente). El Hércules televisivo siempre busca la comunicación, tanto el consenso como que todos puedan ser escuchados. Resolvía problemas no con la fuerza sino con tacto y diplomacia dice el capítulo citado mientras todo peplum deja claro que como existe el Mal sólo se puede luchar. Además, para el Hércules televisivo las historias de todos importan aunque sean malvados. La vida arrastraba algunos por el mal camino y Hércules los devolvía al bueno. La serie defiende la redención y la reintegración (también defiende la integración racial) porque no es maniquea como el resto del peplum, donde las diferencias entre el Mal y el Bien siempre son y están claras. Así, la violencia de la serie en general es incruenta y no letal y muchas veces cómica o sirve de castigo. Ha salido el cristianismo porque la religión es importante en el peplum porque es un producto conservador. En general el peplum surge del cristianismo por ello es raro que salgan dioses. Incluso cuando versiona mitos. Su ánimo confesional le impide un acercamiento intelectual al paganismo por ello no puede ni presentar falsos dioses ni mostrar a los protas en rituales paganos. Esto es especialmente cierto en el estadounidense ya que en EE.UU. la cultura clásica es menos apreciada que en Europa. Lo deja claro el propio capítulo: comienza seriamente diciendo que los antiguos griegos formaban una sociedad noble, de ideas elevadas y dedicada a la superación del ser humano a lo que le siguen imágenes de la orgía de Conan y del baño de L. Olivier y T. Curtis en Espartaco para decir que esa no es la que interesa sino una diferente, la del héroe Hércules, como diciendo que no interesa nada la cultura clásica. En el fondo este antigafaspatismo tiene que ver con el populismo de la serie que rechaza lo que considera elitista ya sea cultura ya sea una sexualidad más desinhibida. Por tanto esta presencia divina es otro rasgo original de Hércules. No sólo, como ya se ha dicho, salen dioses tras unos titubeos iniciales (al principio sólo salen mediante símbolos: la pluma de pavo real representa a Hera y una calavera sobre la Luna representa a Ares), sino que además, es el panteón más amplio salido en un producto audiovisual y, como se ha mencionado ya, son crueles y hacían sufrir a la humanidad. Así, el Hércules televisivo combate contra los dioses y revindica a los humanos, una actitud poco piadosa y cristiana aunque la divinidad no sea el "dios verdadero". Es este humanismo lo que hace que la serie sea poco maniquea, y cuando lo es normalmente es porque el capítulo es más un cuento que una aventura "realista".
Sonrisa, escote u ombligo?
Lo que tiene en común Hércules con el peplum es que su héroe es un forzudo canónico, el capítulo lo describe como alguien de gran fuerza que no ignoraba una petición de auxilio. El forzudo del peplum es superfuerte, noble, célibe, desinteresado, altruista y campeón de la Justicia, aunque esta nunca pase por la igualdad y la democracia. Allí dónde sufría un inocente aparecía Hércules. No obstante, aunque defensor del status quo, es decir, de una élite, como todos sus compañeros, su lucha contra los dioses le da un toque subversivo o progresista. Aquí los dioses son retratados como pijos que pasan de la humanidad y esto no deja de remitir tanto a la élite que siempre gobierna para sí misma como al 1º Mundo que explota a los otros bastante despreocupadamente. Sólo un hombre se atrevía a enfrentarse a ellos dice la sintonía de la serie. Así, son los dioses más que los tiranos y los delincuentes mayores los principales enemigos del Hércules televisivo. Los poderes que son tan invencibles para el hombre corriente como lo era la aristocracia francesa del Ancien Régime. Es un héroe para la gente corriente. Por ello los valores comunitarios, los verdaderamente estodounidenses, están en esta serie más presentes de lo normal en el peplum, donde muchas veces todo se ambienta en palacios y no en humildes aldeas de paletos inofensivos pero con querencia por el linchamiento prejudicial. También los valores familiares hacen de Hércules un peplum. En las pelis de sandalia y espada una relación positiva con un niño identifica a los buenos. Si bien el Hércules televisivo es soltero y célibe. Tuvo una familia que siempre está presente, al menos en estas temporadas, de hecho a diferencia del mito él no la ha matado, y está muy pendiente de su madre, que es soltera. Un pequeño rasgo progresista que se acabó corrigiendo. Por ello, como muchos héroes del peplum quiere ser normal, como los demás (rasgo original del Hércules italiano que ha sido asumido como propio por EE.UU.), es decir, tener una familia y no salir de su comunidad. En cierta manera estos héroes con aspiraciones convencionales se odian a sí mismos porque su heroísmo los aleja de su anhelo. Así, en esta temporada, con tal de casarse y vivir en un pueblo, el Hércules televisivo renuncia a su parte divina.

Otro valor que tiene Hércules es que progresa. Siempre dentro de sus coordenadas: cutrerío, convencionalismo, autoparodia... la serie mejora. Así, esta temporada, que tampoco hasta ahora había visto entera, es mejor que la anterior igual que esta es mejor que su precedente. Así tenemos un buen puñado de buenos episodios que merecen mencionarse de pasada.
Prácticamente todos los episodios en que sale Afrodita (sabrosamente encarnada por A. Tydings) son buenos. Por ello el 3º, "El Amor se va de vacaciones", lo es. Su versión de la relación sentimental entre la diosa venérea y Hefesto es original y tierna, bien podría ser un cuento de los Grimm. El siguiente, "Queridísima novia", es un comedia de Terror simpática y original a pesar de que abusa de los tópicos. También destaco "El pequeño monstruo de la Tierra Prometida" porque aunque es flojo, covencional y cursi me encanta la versión de Equidna de la serie. "El monstruo de ojos verdes" es otro de los mejores episodios de la serie. Destaca por su reelaboración de la mitología griega, su versión de Cupido (Eros) y de su relación familiar con su madre, Afrodita (exacto, es otro episodio coprotagonizado por A. Tydings), son originales e inteligentes. "El príncipe Hércules" es uno de los mejores de la serie. Podría estar mejor pero es emocionante, los villanos son bastante realistas y la comedia está bien aprovechada. "Una estrella para guiarnos" desgraciadamente toca el cristianismo, pero al dejar de lado a Hércules tiene valores que no suelen estar presente en la serie. "Larga vida al rey" es convencional pero dinámico y es continuación de uno de los destacados de la temporada anterior. "Sorpresa" tampoco es demasiado bueno pero sale Calisto, un personaje de Xena que me gusta mucho. Le sigue un tríptico que podemos denomina como El de la cierva que no es gran cosa, aunque algo tiene (su seudozoofilia, que remite al mestizaje más formal que conceptual característico de la serie), pero es fundamental para Hércules pues sale por 1ª vez Ares y es otro matrimonio fracasado de Hércules por culpa de los dioses. Lo realmente malo es que sale Strife (Eris; Discordia o Cizaña), el compañero tonto de la versión televisivo del dios heleno de la guerra que es penoso e irritante. "La ciudad perdida" tiene interés a pesar de no estar trabajado por hablar de las sectas y dejar de lado, otra vez, a Hércules. Una de las mejores cosas de la serie es como usa los mitos para tratar temas del presente, algo que hicieron, entre otros, los trágicos griegos. "Reinado de Terror" no es de los mejores, pero sale Afrodita, es muy cómico y gafapasta pues se hace eco de la historia real de un tirano griego que se creía Zeus. "Novia de guerra" no es un gran episodio, pero el tema de la princesa pija está bien aprovechado y remite a la ideología populista de la serie, nadie es malo aunque la élite sea una capulla. Menciono también obligado "El fin del comienzo", un episodio de Ciencia Ficción pues va de viajes temporales, cuya parte romántica, continuación del tríptico mencionado, por eso lo nombro, es penosa y lamentable el hecho de no usar la misma actriz (es la del episodio "El príncipe Hércules" porque al mostrar en él una buena química con K. Sorbo fue elegida, sin duda, para encarnar la 2ª esposa del Hércules televisivo).
La versión de la serie de la Venus del Milo. Lo gracioso es que es adecuada pues la estatua sigue el estilo Gandara. El estilo de los reinos grecobactrianos, monarquíasdonde los indios eran gobernados por griegos.
Así, aunque esta temporada se desinfla al final, prueba de ello es uno de su episodio final, el que va sobre la Atlántida, empieza bien (empezando porque lo coprotagoniza C. Black una morena que me gusta mucho) pero decae en seguida, es decente. Tiene buenos episodios, no abusa de las fórmulas, tiene mejor definidas las características de la serie e introduce a Ares, un villano capaz de enfrentarse en igualdad con el semidiós protagonista que era muy necesario. Por tanto, aunque es modesta, abusa de las pelucas y convencional como el resto de la serie, también, como esta, se hizo bien de modo que aguanta el paso del Tiempo, una cosa muy difícil para un producto de tv, y es interesante y entretenida.