Está el Partido Popular buscándole desesperadamente un heredero de consenso a Manuel Fraga Iribarne sin darse cuenta de que ya lo tiene: Emilio Pérez Touriño.
Y no solo porque le suceda en la presidencia de la Xunta gallega tras haberle ganado las elecciones. Es que el socialista Touriño tiene que seguir sin variaciones la política, especialmente económica, de su antecesor.
Solo culminará separadamente aquello que Fraga no se atrevió a afrontar, porque a la derecha se le rechazan las iniciativas que la izquierda considera propias.
Como entregar gratis los libros escolares. Fraga se lo propuso, pero fue avisado de que los libreros lo acusarían de arruinarlos obedeciendo al tradicional odio derechista a la cultura. Por derecho natural, sin embargo, la izquierda sí que puede privar a los libreros de parte de sus ingresos, y lo ha hecho.
Aunque el libro escolar gratuito ni siquiera es de izquierdas: en el supercapitalista EE.UU. se entrega también gratis desde hace generaciones.
Si Touriño y el PSOE fueran como soñaban cuando vivía Franco, nacionalizarían Zara y las grandes empresas regionales para entregárselas a los obreros y hacerlas autogestionarias: era la demanda de la mayoría de los socialistas de entonces, que veían Yugoslavia y Suecia como ejemplo, según fueran más o menos marxistas.
Ahora, no. Touriño y el nacionalista Quintana cuidarán con mimo de Zara y de las empresas más capitalistas, además de las cajas de ahorros regionales, como hizo Fraga, y como hacen los tripartitos catalán y vasco con las de sus territorios.
¿Inmersión en Gallego?: ya la hizo Fraga, pero como la protagonizaba el PP, no provocó reacciones hostiles.
El resto son menudencias, cuestiones de matiz, por lo que, que no se complique la vida el PP: que nombre heredero a Touriño y ya tiene resuelta la sucesión, y hasta la herencia.