Estos días, la caída del dólar en Argentina —¿herencia kirchnerista o ineficiencia de Cambiemos?— opaca el escandaloso affaire de los “cuadernos K” (los “cuadernos de la coima”) que remece la política y la gran empresa. La incertidumbre en la recuperación económica prometida despierta todos los temores de los argentinos de que, una vez más, Kairós llegara para destruir a Ploũtos.Pero “crisis” es una palabra frecuente en la historia de la economía argentina: Tan lejos como 1827-1829 hubo grandes devaluaciones con cesación de pagos de deuda; en 1890, depresión, cese de pagos y bancarrota; entre 1913-1917 y 1928-1932: grave recesión y déficit fiscal; en 1957-1959: depresión y cese de pagos; entre 1974-1990: inflación y gran aumento de la pobreza; desde 1998 fue creciendo la crisis que explotó en diciembre de 2001 y el “corralito”: los fantasmas que hoy aterran a Argentina. Todo este recorrido nos lleva a la pregunta de origen. Tras la brutal caída anterior, el período K (2003-2015) se inició con un fuerte crecimiento comparativo que (paradoja) fue decayendo a medida que se recuperaba la economía y crecía el proteccionismo, la inflación (oculta por la falta de transparencia) y demás “vicios K”: corrupción desmedida, desinstitucionalidad...El macrismo inició con un fuerte ajuste indefectible consecuencia del sinceramiento económico y de la reinstitucionalización acompañado de reinserción global. Tres ministros (y sus visiones) del área económica en menos de tres años, la caída del súper ciclo de los commodities y la batalla proteccionista-arancelaria de la Administración Trump colapsaron la esperada recuperación de su economía y, por ende, de la poderosa clase media del país. En octubre, Macri aseguraba reelección; hoy, la pierde. En agosto 2019, ¿quién sabe? Es Argentina.
Estos días, la caída del dólar en Argentina —¿herencia kirchnerista o ineficiencia de Cambiemos?— opaca el escandaloso affaire de los “cuadernos K” (los “cuadernos de la coima”) que remece la política y la gran empresa. La incertidumbre en la recuperación económica prometida despierta todos los temores de los argentinos de que, una vez más, Kairós llegara para destruir a Ploũtos.Pero “crisis” es una palabra frecuente en la historia de la economía argentina: Tan lejos como 1827-1829 hubo grandes devaluaciones con cesación de pagos de deuda; en 1890, depresión, cese de pagos y bancarrota; entre 1913-1917 y 1928-1932: grave recesión y déficit fiscal; en 1957-1959: depresión y cese de pagos; entre 1974-1990: inflación y gran aumento de la pobreza; desde 1998 fue creciendo la crisis que explotó en diciembre de 2001 y el “corralito”: los fantasmas que hoy aterran a Argentina. Todo este recorrido nos lleva a la pregunta de origen. Tras la brutal caída anterior, el período K (2003-2015) se inició con un fuerte crecimiento comparativo que (paradoja) fue decayendo a medida que se recuperaba la economía y crecía el proteccionismo, la inflación (oculta por la falta de transparencia) y demás “vicios K”: corrupción desmedida, desinstitucionalidad...El macrismo inició con un fuerte ajuste indefectible consecuencia del sinceramiento económico y de la reinstitucionalización acompañado de reinserción global. Tres ministros (y sus visiones) del área económica en menos de tres años, la caída del súper ciclo de los commodities y la batalla proteccionista-arancelaria de la Administración Trump colapsaron la esperada recuperación de su economía y, por ende, de la poderosa clase media del país. En octubre, Macri aseguraba reelección; hoy, la pierde. En agosto 2019, ¿quién sabe? Es Argentina.