Cuando la bruja mayor lo vio la verdad es que no le hizo mucha gracia y pasó de él, a ella en un principio le llaman la atención los libros cuanto más rosas y princesiles puedan ser, pero todos esos libros una vez que los leemos dejan de gustarle porque la mayoría no tienen ni chicha ni limoná y los que leemos una y mil veces son los que en un principio no le dicen nada pero tienen una buena historia.
Herman y Rosie es uno de este último grupo. Una noche se lo leí y sus palabras literales fueron “mamá me encanta, leémelo otra vez”.
Y es que se trata de una buena historia con unas ilustraciones muy chulas, un libro muy cuidado. Herman y Rosie se sitúa en Nueva York, una ciudad llena de gente, llena de ruido pero en la que no es difícil “estar sólo”. En la ciudad de los rascacielos la música es la protagonista y tanto Herman como Rosie viven para ella, es lo que les une y lo que les hace felices.
Dos personajes que viven muy cerca y que tienen muchas cosas en común pero que no se conocen y que acaban unidos gracias al jazz.
Unas ilustraciones que tal vez no llamen la atención por sus grandes coloridos pero que a mis dos hijas les encanta mirar y descubrir pequeños detalles, esos pequeños objetos que son “de foto” como dicen ellas, esos trozos de periódico, esos “mapas”, un cuento ambientado en la Gran Manzana tiene que ser así...
Un libro precioso recomendable para todos.