HERMANA AUGUSTA, IMPULSORA DE LA CATEQUESIS FAMILIAR EN EL PERÚ (1937-2022)
José Antonio Benito
En los 200 años de vida republicana del Perú, personas e instituciones se han identificado de tal manera que es imposible diferenciarlas; es el caso de la inolvidable Hermana Augusta Carrara, religiosa Hija de la Sabiduría, con la Catequesis Familiar (CF). Su deceso el pasado 1 de mayo del 2022 será motivo de recordarla por considerar que desde este movimiento catequético legó un apoyo significativo a la formación integral de miles de peruanos, desde la riqueza del método formativo catequético aplicado en las familias.
La vida plena de Hna. Augusta
Augusta nació el 23 de mayo de 1937, en Albino, un pueblo de la provincia de Bérgamo en Italia, y, fue bautizada dos días después. El 23 de mayo de 1953 recibió su primera comunión, el 18 de mayo de 1946 su confirmación y entró en la Congregación de las Hijas de la Sabiduría el 16 de Mayo de 1960. Hizo sus primeros votos el 2 de Agosto de 1962 y su profesión perpetua el 22 de Agosto de 1968; en el mismo día, recibió la obediencia para ir de misionera a la tierra peruana. Su profunda pasión por los más necesitados ha sido siempre su principal motivación para emprender numerosas aventuras de servicio pastoral, como la de la CF.
Como ella mismo dice: "No hay que olvidar que los beneficiarios del programa son los niños. Ellos son el centro de todo; por amor a los niños nos preocupamos de la familia, queremos que los padres asuman su compromiso cristiano de educar en la fe sus hijos[1]".
Llegó a Perú el 31 de enero de 1969, y fue destinada directamente a Yanahuanca (1969-1975), un pueblito de Cerro de Pasco, a la altura de 3,500 metros. Después de una breve pausa en el "Centro Unitario Missionario" de Verona en el año 1975, volvió de nuevo a la tierra peruana donde trabajó en Huánuco (1975-1978); luego, en Huasca del Agustino (1979), y, de allí llegó a la Visitación de Lima donde trabajó con el Padre Jonny Bigoni (1981-1985). En el año 1987, la Conferencia Episcopal le encargó de coordinación del Equipo Itinerante en el ámbito nacional. En el año 1992, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana aprobó los estatutos de la CF y la nombró como Coordinadora Nacional. En los días 9 y 15 de febrero de 2003 organizó el Primer Congreso de CF y, al año siguiente en el mismo mes, el mini congreso para los niños.
Siguió en el cargo, desempeñando una gran labor demostrando su entusiasmo y entrega para que la CF pueda difundirse siempre más en todas las familias para que -según sus palabras- "El Programa sea asumido como camino de Iglesia, para que pueda extenderse de manera rápida a todos los hogares".
Debido al desgaste físico y deterioro personal regresó a Italia donde el cruel mal del Alzheimer fue minándole y poco a poco se fue apagando. El primer día del mes de mayo, mes de las flores, mes de María, Madre de la Sabiduría, la Señora, Virgen, Madre y Maestra vino a recogerla para contemplar, por fin, la catequesis viva, en familia, en el calor del hogar trinitario, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todo por la Catequesis Familiar
En el 2004 tuve el honor de asesorar la tesis de maestría de Juan Pedro Bonanomi Barcella -y a quien agradezco la mayoría de los datos del presente artículo- en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, que se titula "Catequesis Familiar. Un método válido para la Nueva Evangelización. Primer Congreso Internacional" y pueden encontrar en http://repositorio.ftpcl.edu.pe/handle/FTPCL/188 o Metadatos: Catequesis Familiar. Un método válido para la Nueva Evangelización. Primer Congreso Internacional (concytec.gob.pe)
En el mismo se nos da cuenta de la metodología de la CF: ver, juzgar, actuar, revisar y celebrar La llegada de la Catequesis Familiar al Perú, como toda acción evangelizadora, siempre es obra del Espíritu Santo que suscita hombres sensibles a su acción y, desde una pequeña semilla echada en la tierra de Villa El Salvador y Yerbateros, en 1978, poco a poco, ha ido organizándose, creciendo y abriéndose a nuevos caminos misioneros. El Primer Congreso Internacional fue este árbol maduro de un camino de 25 años, que brotó con sencillez y que ha crecido despacio, en varias etapas: Gestación, organización, misional, profundización y reorganización, universalidad y hacia nuevos horizontes.
La CF, en sus primeros veinticinco años de presencia en Perú, logró una gran difusión alcanzando casi todas las jurisdicciones eclesiásticas: Lima, Chosica, Carabayllo, Lurín, Chimbote, Chachapoyas, Huancayo, Huánuco, Pucallpa, Chota, Callao, San Ramón, Iquitos, Piura, Huacho, Huaraz, Jaén, Amazonas, Yurimaguas; Cajamarca, Ayacucho, Ica, Tacna y Moquegua, Ayaviri, Arequipa, Cuzco, Chiclayo, Carabalí, Huamachuco, Trujillo, Huancavelica, Puno, Huari, Chuquibamba, Huancavelica, Puno Huari, Juli, Sicuani, Tarma, Puerto Maldonado, Abancay y Chulucanas. En este tiempo, la presencia de la CF ha logrado ingresar en todas las arquidiócesis - diócesis y en casi todas las Prelaturas y Vicariatos Apostólicos del Perú. Los años de la gran expansión nacional fueron los años 80.
La CF no se cerró en los límites nacionales desde su comienzo en Chile, sino que se abrió a una dimensión universal llegando en el año 1978 en el Perú. Actualmente está presente en muchos estados de América Latina: Chile, Perú, Bolivia, Colombia, Argentina, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Brasil, Panamá, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Cuba, República Dominicana y México.
La CF es una expresión típica de la iglesia de América Latina. Así, llegando a su madurez, la Iglesia de AL se vuelve misionera tocando las orillas del primer mundo norte americano y del viejo mundo europeo: EEUU, Canadá, Alemania, España, Italia, República Checa y Suecia. Tanto se ha difundido, que tocó la puerta del gran continente asiático, empezando su presencia en el país de Corea del Norte.
Hoy día se puede decir que el Programa tiene una difusión mundial, llegando a tener su presencia en veintiséis países en el mundo. Todo eso, nos hace ver cuán grande creció el árbol de la CF en estos treinta y cinco años de su nacimiento en el territorio sureño, Chile.
Justo es en este tiempo de bicentenario patrio, agradecer, examinarse, proyectar sobre la formación doctrinal y catequética del Perú en la que la CF y la Hna. Augusta han contribuido de modo decisivo. Gracias, P. Juan Bigoni, por su colaboración y por informarme sobre el tránsito de nuestra querida e inolvidable Hna. Augusta; oramos para que tan hermosa labor continúe por el bien de nuestro Perú .
[1] Catequesis Familiar, Catequesis Familiar, 25 años de presencia en el Perú, Lima 2001., Pág. 20.