Hace más de veinte años, la hermana adolescente de Claire y Lydia, Julia, se desvaneció sin dejar rastro. Las dos hermanas no han hablado desde entonces, y ahora sus vidas no podrían ser más diferentes. Claire es la glamurosa esposa trofeo de un millonario de Atlanta. Lydia, madre soltera, sale con un exconvicto y batalla por pagar todos los gastos mensuales. Pero ninguna de las dos se ha recuperado del horror y el sufrimiento de la pérdida que las une; una desgarradora herida que se abre cruelmente cuando matan al esposo de Claire. La desaparición de una muchacha adolescente y el asesinato de un hombre de mediana edad, casi un cuarto de siglo después: ¿qué podría relacionarlos? Formando una cautelosa tregua, las hermanas sobrevivientes miran al pasado para encontrar la verdad, desenterrando los secretos que destruyeron su familia hace tantos años… y abriéndose a la posibilidad de redención y venganza, donde menos la esperan.
Al principio, cuando desapareciste, tu madre me advirtió que descubrir qué te había pasado exactamente sería peor que no llegar a saberlo nunca. Discutíamos constantemente sobre ese tema, porque en aquella época discutir era lo único que nos mantenía unidos.
Ya les había dicho en la reseña de “La lista prohibida” que no suelo leerme muchos libros de este género porque me meto tanto en la historia que me malviajo un poco y toda la onda psicologíca me cautiva y a la vez me traumatiza un poco, pero la verdad es que quede con un buen sabor de boca y decidí leerme este libro (que además me lo ofrecieron justo en el momento perfecto) pensando que iba a encontrar un crimen digámoslo leve como en la lista prohibida pero no fue para nada así ya que este libro está lleno de secretos oscuros que de verdad me pusieron los vellos de punta y más porque la autora es muy detallista a la hora de narrarnos los actos siniestros que se nos presenta.
Y es que si tuviera que describir este libro con solo una palabra sería ESCALOFRIANTE. Porque no tienen idea de los secretos y pesadillas que este libro contiene. La autora no se anda por las ramas y el libro empieza fuerte y va subiendo de intensidad más y más mientras vamos conociendo todos los secretos de una persona que sin duda ha plantado las semillas de la paranoia y miedo en mí.
El sheriff se había encogido de hombros como si fueras una chica cualquiera, como si, pasada una semana, un mes o incluso un año, fueras a volver a nuestras vidas ofreciéndonos una disculpa desganada acerca de un chico al que habías seguido o de una amiga a la que habías acompañado en un viaje a ultramar.
El libro esta contado de dos formas, la primera es en forma de un diario que lleva el papá de Julia. En este diario él cuenta como cambio su vida y la de su familia tras la desaparición de la joven y conforme va pasando el libro Sam nos va contando las pistas que ha seguido a lo largo de los años para dar con su hija y que al final fue el único que logró descifrar quien era el culpable del secuestro de Julia.
Al tener estas dos narraciones la autora ha logrado mantener un equilibrio y acercar más al lector con pequeños detalles que quizá a veces parecerán insignificantes pero todo está perfectamente hilado para entregarnos una historia bien pensada. Es decir, la autora tenía todo fríamente calculado.
El primer cumpleaños que pasamos sin ti, fui a la oficina del sheriff y le pedí con mucha calma que me dejara leer todos los archivos relativos a tu caso. Se negó. Amenacé con llamar a la prensa. Me dijo que adelante. Salí al teléfono público del vestíbulo. Metí una moneda. Se acercó, cogió el teléfono y me dijo que lo siguiera a la sala de reuniones
Y quizá suene repetitiva pero para mí es muy importante que entiendan la paranoia y hasta repulsión que me hizo sentir la autora con este misterio suyo, donde nadie es lo que parece y sólo pueden encontrar la salvación en tu mismo, porque esto va más allá de un simple secuestro. Esto va de mostrar las atrocidades que el humano es capaz de hacer por ambición y placer.