[5/10] Que el amor traspasa el tiempo y el espacio lo sabemos todos, y también que su fuerza es capaz de romper cualquier norma y costumbre establecida. Que el enamorado no entiende de lógicas y argumentos racionales para su comportamiento, es algo igualmente sabido. Que el ciclo del amor se repite una y otra vez para volver a sucumbir ante su hechizo, es indudable si atendemos a lo que la literatura, el arte o el propio cine nos han dicho. Con esos elementos y con un tono crítico y simplón hacia el puritanismo más hipócrita y superficial, Richard LaGravenese dirige “Hermosas criaturas”, romance adolescente y fantasía de un joven que aspira a llenar el vacío de su corazón con aventura y con el amor de la mujer de sus sueños. La aspiración de Ethan es ir a la Universidad y escapar de ese reducto de inmovilismo y rutina que es su pueblo. Las lecturas alimentan su imaginación y le permiten crear historias donde encuentra a la chica que desea amar, aunque siempre un rayo -o el despertador- vienen a romper el encanto. Ahora, la bella Lena se ha hecho realidad en el instituto, aunque ha venido rodeada de misteriosas criaturas “casper” y de una enigmática maldición.
Todo en “Hermosas criaturas” puede entenderse como el producto de la inquietud de un adolescente que necesita nuevas sensaciones y construir su destino. Hay en la película una llamada a ser uno mismo y a tomar las propias decisiones, a rechazar cualquier realidad construida solo con luces o con oscuridades, a amar la imperfección humana y a creer en el poder del amor. Descubrimos la necesidad de controlar los poderes personales para saber conducirse entre odios y afectos, y también el esfuerzo por ser fiel a la misión para la que uno ha sido elegido. Se nos ofrece, por último, la eterna lucha entre el Bien y el Mal, entre la Luz y la Oscuridad, que tratan de imponerse desde el interior del individuo. Son, como se ve, lugares comunes expuestos aquí de manera esquemática y simple, curiosamente cayendo en el mismo maniqueísmo que critica y expuesto de manera tan superficial y ridícula como sensiblera.
La historia romántica se despeña en más de un momento hacia lo patético, como una continua concesión adolescente que la taquilla reclama. Los efectos especiales sonoros, lumínicos y ambientales son en ocasiones risibles y nada sutiles, pero son parte del envoltorio de esta nueva historia de Romeo y Julieta, o quizá tendríamos que decir que rivalizan con Edward y Bella, porque ésta se parece más a “Crepúsculo” que al drama de los amantes de Verona. Tras la pirotecnia y el cóctel espacio-temporal, un nuevo mensaje no menos tópico que los anteriores: que el amor se avalora con el sacrificio y que no hay maleficio al que no pueda hacer frente el amor. Por eso, ni hechizos ni maldiciones, ni madres egoístas ni novias posesivas podrán con él, porque los mortales enamorados son siempre imprevisibles y nunca se sabe por qué criterios se regirán.
Los actores escogidos para la ocasión son Alden Ehrenreich y Alice Englert, discretos en sus papeles adolescentes y bien escoltados por figuras como Jeremy Irons, Emma Thomson o Viola Davis, aunque el tono cómico-gótico de la historia no les permite escapar del cliché y desplegar su capacidad interpretativa. La película no provoca grandes rechazos y puede verse con cierto agrado, siempre que uno esté dispuesto a tragarse un plus de sentimiento adolescente y de convencionalismo previsible. La cinta hubiera ganado mucho si se hubiese incidido más en el aspecto soñador y fantástico del protagonista, pero éste queda sepultado por la trama romántica… quizá con la esperanza de hechizar al espectador y llenar el vacío de su corazón. Y eso no lo consigue.
Calificación: 5/10
En las imágenes: Fotogramas de “Hermosas criaturas”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2013 Alcon Entertainment, 3 Arts Entertainment y Belle Pictures. Todos los derechos reservados.
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Publicado el 2 marzo, 2013 | Categoría: 5/10, Año 2013, Críticas, Drama, Fantástico, Hollywood, Romance
Etiquetas: adolescencia, Alden Ehrenreich, Alice Englert, amor, Crepúsculo, Emma Thomson, Hermosas criaturas, Jeremy Irons, libertad, Richard LaGravenese, Viola Davis