Son pocas las noticias que tenemos de tan ilustre caballero ocañense. Formó parte del séquito y Corte de los Reyes Católicos desempeñando el oficio de secretario y tesorero. Por esta sola razón bien merece ser conocido. Pero lo primero que tenemos que advertir es que se conoce poquísimo acerca de su vida. Nadie se ha preocupado de estudiarlo.
Ignoramos la fecha de su nacimiento así como quiénes fueron sus progenitores. Sin embargo, por deducción de lo que él mismo nos dirá en su testamento, sí sabemos el lugar de su nacimiento, dado que ordenaba ser enterrado en la iglesia de San Martín de Ocaña (Toledo) junto a sus "señores padre y madre" '.
Hernán Núñez Arnalte: Tesorero y Secretario real
No cabe la menor duda que lo que le ha hecho digno de memoria y de admiración a Hernán Núñez Arnalte y que figure entre los hombres ilustres de la Historia de esta nación es la de tener el honor de haber sido tesorero y secretario de la más grande reina de España, como lo fue doña Isabel la Católica. Llegar a ser secretario de la reina -dice un ilustre historiador- o de Fernando, suponía ser un hombre de plena confianza de los monarcas, "cofre de sus secretos, sombra alargada de sus personas en el Consejo Real o en consejos de circunstancia" 2. Lo primero que se nos ocurre tratar de dilucidar es la cuestión de cuándo comenzó a ser tesorero y secretario. Dar respuesta a esta cuestión lo considero de gran importancia.
Lo primero que debemos recordar es que la patria chica de Hernán Núñez fue la villa de Ocaña. Sin embargo Isabel nace en Madrigal de las Altas Torres y pasa los primeros años de su vida en la corte de Juan II de Castilla, su padre, en Valladolid, Arévalo, Medina del Campo, etc. A Ocaña no llegará hasta finales de 1468, cuando contaba con la edad de diez y siete años, teniendo lugar en circunstancias extrañas y muy complicadas. Tal vez esto ha sido la causa de que en un principio se pensara que en esta ocasión sería cuando Isabel conocería al que sería su tesorero. Sin embargo, Benito de Láriz en su Historia de Ocaña ya dejó dicho, al hablar de los hombres ilustres de la villa y refiriéndose a don Hernán que "se educó en el palacio del rey Enrique IV y sirvió con talento y lealtad en la paz y en la guerra. Le nombró la reina D. a Isabel su tesorero general".
Las citadas palabras, del Historiador de Ocaña, son demasiado ambiguas para deducir algo concreto respecto a determinar cuándo doña Isabel nombró tesorero a nuestro protagonista. Ateniéndonos a tal premisa y observando las conclusiones de Láriz, concluimos que Isabel y Hernán se encontraron en la corte de Enrique IV. Pero, cuándo y por qué ... Después de una minuciosa investigación, leyendo y repasando distintos documentos, creemos estar en condiciones de ofrecer y fijar con bastante certeza, el periodo en el que Hernán Núñez Arnalte residía en la Corte, momento en el que ocurrió dicho nombramiento.
Tenemos a la vista una carta de los mismos Reyes Católicos dirigida a la esposa de Arnalte, D.' María Dávila, escrita justo al año siguiente de la muerte de éste. Se trata de un documento de suma importancia. Los monarcas con su misiva intentan tranquilizar a doña María sobre el asunto de las deudas que podría haber dejado su esposo: "Por quanto Fernando Núñez, nuestro tesorero y secretario, marido de vos doña María Dávila, hija de Gil Dávila, fue tesorero de mí la dicha reina, desde el tiempo en que era Infanta e siendo Princesa, e asimismo después que nos los dichos rey e reina, por la Gracia de Dios reinamos ... "4. Estas palabras no pueden ser más reveladoras. Es la propia reina quien nos distingue tres etapas en su vida (Infanta, Princesa y Reina) en las cuales fue Tesorero D. Hemán Núñez Arnalte. Teniendo en cuenta el dato clarificador, a sabiendas que doña Isabel fue Infanta por nacimiento ostentando el título hasta su nombramiento como Princesa de Asturias, hemos de concluir que Hemán Núñez Amalte fue tesorero desde la infancia de la futura reina '.
Una vez dilucidada la cuestión nos cabe preguntamos cómo y desde cuándo se hallaba don Hemán en la corte del rey Enrique IV, y por qué medio llegó. Es difícil emanar un juicio justificado pues carecemos de documentación que lo justifique. Sin embargo no sería demasiado aventurado afirmar que la estancia de Núñez Arnalte en la Corte venía relacionada con su naturaleza. Su cuna en Ocaña (Toledo) determinaría su ascenso a los puestos al lado de los monarcas castellanos, como asimismo lo alcanzaron dos ilustres ocañenses: D. Gutierre de Cárdenas y D. Gonzalo Chacón, los cuales estaban en la corte de Juan 1I de Castilla. Los dos -o mejor dicho, los tres- estaban al servicio del Condestable D. Álvaro de Luna, que había sido maestre de Santiago'. Esta hipótesis, la de la naturaleza de nuestro protagonista, además hay que acompañarla del hecho de ser dichos personajes parientes cercanos. No hace falta que recordemos cómo después de 1454 la viuda de Juan 1I, escoge a D. Gonzalo Chacón para educar a doña Isabel su hija, así como a su hermano don Al-fonso. Desde ese momento sus vidas no se separarán, apareciendo siempre
en el reinado de los Católicos como fiel consejero '. Volviendo al tema que nos ocupa, Hernán N úñez acompaña a sus compatriotas y parientes.
Los tres acompañarán a doña Isabel en su reclusión -por no decir prisión forzosa- en la villa de Ocaña, desde el mes de octubre del 1468, que durará hasta el mes de mayo del año siguiente. Ni que decir tiene que 10 que parecería -así 10 pensaba su hermanastro Enrique IV y el maestre de Santiago D. Juan Pacheco- una prisión para Isabel se convertiría en una agradable estancia en Ocaña, acompañada como estaba de tan buenos y leales servidores.
Esos largos meses en la villa toledana serán trascendentales para el futuro no sólo de Isabel si no de la misma Historia de España.Aquí se fraguó la unidad de España, al acordarse el matrimonio entre Isabel y Fernando. Hernán Núñez Arnalte ocupa un papel fundamental en la consecución de la unión de los reinos. Fue uno de los elegidos para tratar el contrato matrimonial con Aragón. Él será el encargado de dar la noticia al rey de Nápoles heredero de la Corona de Aragón, don Fernando. Así se confirma por una carta al mismo Hernán:
" ... yo el rey os ove fecho merced al tiempo que a mi fuiste a la villa de Gervera a me facer saber el desposorio fecho en nosotros e por las albricias de aquello yo vos fize merced de las dichas casas ... "". Aunque las palabras estén escritas con posterioridad no por ello pierden su importancia para el tema que desarrollamos.
Las escribe el propio rey Fernando en el documento de venta de la Dehesa de Las Gordillas, en Á vila, a D. Hernán Núñez Arnalte e Otro escrito nos documenta aún más la intervención de Arnalte en el contrato matrimonial. El rey Católico escribe desde la ciudad de Sevilla a su Consejero Juan de Coloma, rogándole que gestione ante su padre el rey don Juan II de Aragón, cierto privilegio y asignación de 300 florines de oro a favor de Hernán Núñez, por los servicios prestados con motivo de su matrimonio con la Princesa de Castilla doña Isabel",
Este hecho no hace más que confirmar lo que la misma reina Isabel había escrito en una carta dirigida también al citado Juan de Coloma en la que se quejaba de la poca diligencia que Juan II de Aragón había mostrado pues había prometido a Gonzalo Chacón, a Gutierre de Cárdenas y a Hernán Núñez Arnalte, cierta cantidad de florines consignados en las comunidades de Calatayud y Daroca, Su fecha en Medina de Rioseco, 26 de julio de 1471, dos años después de haberse casado en Valladolid".
Fr. Jesús Santos Montes, O. P. Académico correspondiente Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0044_01.pdf