Muchos de vosotros sufrís, o habéis sufrido dolores lumbares esporádicos o continuados. Lo cierto es que, montar en bicicleta es una actividad muy poco lesiva en sí misma pero, sí que puede acarrear problemas, sobre todo lumbares, si no llevamos a cabo una serie de hábitos que garanticen, el mantenimiento de una salud postural mínima.
En éste post, nos vamos a centrar en un problema específico: Hernias discales a nivel lumbar. Es un problema especialmente extendido y vamos a ver por qué se produce, su relación sobre la práctica en bicicleta y si podemos o no, seguir practicando nuestro deporte favorito.
Anatomía de la Espalda
Vamos a repasar rápidamente la anatomía de la espalda para saber de lo que hablamos:
Entre cada vértebra, localizamos los Discos Intervertebrales, que son una especie de “almohadilla” que amortiguan los movimientos de carga de nuestro cuerpo y permiten, junto con la musculatura y los ligamentos que nuestra columna vertebral pueda moverse.
Qué es una Hernia Discal y cómo se produce
Una Hernia Discal es un proceso degenerativo que sufren los discos intervertebrales.
Cuando aumenta de forma excesiva y repetitiva la presión en el disco, puede llegar a romper las fibras de éste anillo. Y ésta degeneración puede evolucionar hacia una Protusión Discal (el anillo se deforma pero no se rompe) o una Hernia Discal en los casos más graves.
Las situaciones en las que, favorecemos que se desarrollen protusiones o hernias discales son:
-Levantar peso en posiciones incorrectas o de forma violenta.
-Movimientos de levantamiento y giro repetitivos.
-Exceso de peso corporal.
-Degeneración o envejecimiento de las articulaciones.
-Atrofia de la musculatura que se encuentra en la zona lumbar y en la zona abdominal.
Cuando montamos en bicicleta, la posición de la espalda, aún siendo la correcta, no nos proporciona una posición a la que estemos habituados, no es una posición natural para nosotros. La posición sobre la bicicleta hace que nuestra musculatura anterior esté relajada y que la posterior esté en flexión.
Es aquí donde surge el problema. Nuestra musculatura posterior está más acostumbrada a trabajar como extensora (mantener nuestra columna erecta) y en bici, le pedimos que trabaje de forma contraria, es decir, “frenando” la flexión hacia delante. Ésta demanda puede provocar que se desarrollen desequilibrios musculares que pueden afectar sobre todo a las vértebras lumbares L4-L5 y la primera vértebra sacra (S1).
Es, por éste aspecto, que es tan importante trabajar y fortalecer de forma continuada la musculatura de la espalda y de la zona abdominal. Una musculatura compensada, acostumbrada a trabajar tanto en flexión como en extensión, nos garantiza, una salud de espalda óptima.
De igual manera, tan importante es trabajarla como estirarla al finalizar la práctica deportiva. Los acortamientos musculares, tan comunes en ciclistas, son también responsables de lesiones deportivas. Por ejemplo, si tenemos un cuádriceps acortado (esto quiere decir, excesivamente desarrollado en comparación con el resto de musculatura) “tirará” literalmente hacia abajo y no permitirá que nuestra espalda recupere su posición al 100%; con las consecuencias negativas, ya comentadas que puede acarrear a nuestra espalda y, especialmente a nuestra zona lumbar.
¿ Podemos seguir practicando ciclismo si tenemos una hernia de disco?
Como todo en ésta vida, depende. Básicamente depende del alcance de la lesión. Si nos duele tendremos que cesar en nuestra práctica deportiva al menos durante un tiempo, hasta que nuestra situación se regenere parcialmente. En condiciones normales y, dejando de lado los casos más graves ( que en la mayoría de ocasiones, vienen asociados a otros problemas musculares y articulares) podremos seguir con nuestra práctica deportiva, concretamente montando en bicicleta.
Los discos no llegarán a regenerarse al completo pero, cuando no estemos en fase aguda, podemos llevar a cabo ejercicios de compensación muscular y estiramientos de las cadenas musculares anteriores, posteriores y laterales que favorecerán el mantenimiento y la recuperación muscular de la zona.
Podéis encontrar mucha información en la red sobre ejercicios y estiramientos pero, aquí os dejo un resúmen escueto pero práctico que podéis llevar a cabo tras la práctica deportiva. No os llevará más de 15 minutos y os evitará problemas futuros. Podéis hacer los estiramientos durante 30-45 segundos y los ejercicios en dos bloques de 15 a a 20 repectiones. Sólo con ésto, evitaréis problemas y mejorareis vuestra salud postural.
Toda ésta información, os será útil pero, recordad que siempre, el mejor tratamiento para cualquier lesión, es la prevención. ¡ A disfrutar!