Los elementos de adorno personal y vestimenta están representados sobre todo por las distintas fíbulas de bronce –los imperdibles para las ropas de la Edad del Hierro–, especialmente las llamadas de tipo La Téne y en omega.
Los anillos, discos perforados, hebillas y otras piezas completan los ornamentos de bronce, a los que hay que sumar las cuentas de pasta vítrea y las pulseras de vidrio de atractivos colores. Incluso ha aparecido alguna pinza de depilar. Las herramientas constituyen el equipamiento más importante de esta comunidad.
Se ha hallado instrumental relacionado con la ganadería (tijeras de esquilar y cencerros), la carpintería (clavos, abrazaderas y herrajes), la elaboración textil (peines cardadores, agujas, fusayolas y pesas de telar) y la forja (grandes pinzas).
El VASO DE LOS CABALLOS denota la fuerte influencia celtibérica en la decoración de algunas piezas de cerámica, la artesanía más relevante de El Llano de la Horca
La producción de cerámica sería una de las artesanías más relevantes. Alguna tobera (tubo de cerámica para insuflar aire al horno) prueba la existencia de hornos y alfares en ciertos sectores del asentamiento.
Se producían grandes recipientes de almacenaje, prácticos servicios de cocina y piezas de sofisticado menaje para la presentación y el consumo de alimentos. La decoración de algunas de estas piezas tiene influencias celtibéricas, caso del Vaso de los caballos, cuya cuidada elaboración indica la existencia de talleres especializados.
Las lañas de algunas cerámicas –grapas de plomo para unir partes rotas o resquebrajadas de vasos– expresan, a su vez, el valor que se les daba y su trabajo para que duraran.
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