Esta semana se cumplieron 28 años de la ‘Tragedia de Heysel’ en la que murieron 39 aficionados (32 italianos, 4 belgas, 2 franceses y 1 británico) y 600 personas resultaron heridas tras las avalanchas provocadas por “hooligans” del Liverpool en una parte del estadio reservada para seguidores de la Juventus, durante la final de la Copa de Europa que ambos equipos disputaban el 29 de mayo de 1985 en el estadio Heysel (Bruselas, Bélgica).
Hay tres tragedias mundiales que marcaron mi infancia, por la repercusión mediática que tuvieron y la manera en que me impactaron. Una fue la explosión del Challenger, en pleno despegue, en enero de 1986, otra fue la imagen de Omayra Sánchez, agonizando atrapada en el fango tras el estallido del volcán Nevado del Ruiz en Colombia, en 1985, y por último fue la tragedia del estadio Heysel, con esas escenas de aficionados aplastados, las avalanchas y la inexplicable violencia desatada en un encuentro de fútbol. Con el tiempo pude entender la importancia de estos acontecimientos, y la manera en que cambiaron la vida de tanta gente, cómo afectaron en un mundo todavía no tan mediatizado como el que vivimos hoy y, sobre todo, por las consecuencias que tuvieron.
Tras esta tragedia de Heysel se impusieron sanciones muy duras contra el fútbol inglés lo que provocó su “devaluación” durante muchos años. No olvidemos que por aquel entonces el fútbol inglés era el más importante a nivel europeo, ya que en las ocho ediciones anteriores de la Copa de Europa, siete fueron a parar a equipos ingleses. Muchas figuras del fútbol inglés emigraron a otras ligas en busca de mayor competitividad y los equipos ingleses apenas tuvieron repercusión por Europa. Al Liverpool se le sancionó con 10 años (luego rebajado a 6) sin poder participar en ninguna competición europea, y a la federación inglesa se le obligó a que tomara medidas firmes contra el “hooliganismo” que infectaba de violencia y descontrol la mayoría de estadios británicos y que se exportaba por el resto de Europa durante los encuentros internacionales (junto con otros grupos ultras de otros países). Lo triste es que no fue hasta que sucedió otra tragedia cuatro años después (1989, Tragedia de Hillsborough, 96 muertos) el gobierno británico no aplicó medidas más contundentes contra la violencia en los estadios. Por otro lado la FIFA implementó controles más estrictos en los estadios de fútbol, eliminando vallas protectores y obligando a que todos las localidades fueran sentadas, además de otros protocolos de seguridad en partidos de alto riesgo.
“Appuntamento a Liverpool” película con protagonista italiana que busca en Liverpool cumplir venganza por su padre muerto en Heysel
Casi diez años después de aquel suceso, el estadio Heysel sufrió una profunda remodelación, siendo casi reconstruido por completo siguiendo las normas de seguridad de la FIFA, y cambiando su nombre por el de “Estadio del Rey Balduino”. En la actualidad el estadio sigue albergando encuentros internacionales, incluso fue la sede de la final de la Recopa de 1996 y también fue sede durante la Eurocopa del 2000 disputada en Bélgica y Holanda. Una placa en la entrada del estadio recuerda a las víctimas de la sinrazón y la violencia de aquella fatídica final.