La naturaleza del aislamiento reproductivo es un punto central en biología evolutiva. Por regla general existen mecanismos que impiden los cruzamientos entre especies similares, ya sea porque hay diferencias en la época de reproducción, por diferencias de tamaño entre machos y hembras o por diferencias en comportamiento, de forma que las hembras no responden a las insinuaciones de los machos o los machos no encuentran atractivas a las hembras de otras especies.
A pesar de esto, los casos de hibridación no son del todo infrecuentes en la naturaleza y se suelen producir cuando se rompe el aislamiento entre las especies. Esa ruptura se puede deber a que entran en contacto al desaparecer las barreras físicas que las separaban o por ejemplo porque un cambio climático haga que se adelante la fenología reproductiva de una especie y de esa forma su época de reproducción se solape con la de otra similar.
También puede ocurrir que una de las dos especies implicadas sufra un descenso poblacional tan acusado que algunas hembras tengan dificultades para encontrar machos adecuados de su especie y acaben apareándose con un macho de una especie similar "como mal menor". En estos casos, hay barreras biológicas que reducen las posibilidades de que un espermatozoide extraño pueda fecundar al huevo, e incluso, aunque se produzca fecundación, existen unas nuevas barreras que pueden impedir el desarrollo de los embriones una vez fecundados (barreras postzigóticas). Pero a pesar de todo, en algunos casos esas barreras no son suficientes y se producen hibridos intraespecíficos.
Desde hace unos años han empezado a aparecer en varios ríos europeos híbridos entre truchas comunes (Salmo trutta) y Salmones atlánticos (Salmo salar). En algunos lagos escoceses, el porcentaje de híbridos alcanzó el 18% del total de juveniles de ambas especies. En Asturias, algunos estudios hablan de un porcentaje cercano al 5%. Una de las causas que se han apuntado para explicar este aumento de las hibridaciones es el descenso poblacional tan acusado que está sufriendo el Salmón Atlántico, que hace que muchas hembras de salmón acaben apareandose con grandes machos de trucha al no encontrar pretendientes adecuados de su propia especie.
Otra explicación sería la existencia de machos de trucha que parasitan a las hembras de salmón durante la puesta mientras el macho dominante no se entera, fertilizando un alto porcentaje de los huevos. Curiosamente, todos los híbridos observados en la naturaleza correspondían a descendientes de hembra salmón y macho trucha y nunca procedían del cruce inverso. A este fenómeno se le llama hibridación asimétrica.
En un trabajo que publicamos este año, demostramos la existencia de barreras postzigóticas que impedían el desarrollo de los embriones de los cruces de hembra trucha x macho salmón, al incrementarse la mortalidad poco antes de la eclosión, de forma que tan sólo un 5% de esos hibridos sobrevivía a las primeras semanas de vida y muchos de ellos presentaban importantes malformaciones. Estos resultados explicarían en gran medida la presencia de hibridación asimétrica en nuestros ríos.
Por el contario, los híbridos de hembra salmón x macho trucha tenían tasas de mortalidad similares a las de los cruces puros de truchas y salmones. Asimismo, el aspecto externo de estos híbridos es casi idéntico a los salmones puros, por lo que es muy posible que el porcentaje de híbridos entre los peces considerados como salmones sea mucho mayor que ese 5% que comenté anteriormente.
La hibridación entre salmones y truchas puede representar un problema añadido a la alarmante situación que están sufriendo las poblaciones de Salmón atlántico y sería un motivo mas para aumentar la protección de la especie, prohibiendo la captura de reproductores y dejando a los peces que desoven libremente en los ríos.
Referencias
Álvarez, D. & Garcia-Vazquez, E. (2011). Maintenance of asymmetric hybridization between Atlantic salmon (Salmo salar) and brown trout (Salmo trutta) via postzygotic barriers and paternal effects Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences, 68 (4), 593-602 DOI: 10.1139/F11-004