High Line, un parque en una antigua vía de tren de Manhattan

Por Tierrasinlimites @tierrasnlimites

Si unimos las palabras parque y Nueva York todo el mundo piensa automáticamente en Central Park; sin embargo, existen en la Gran Manzana otros espacios verdes con una historia muy singular y que combinan naturaleza, arte y diseño. Es el caso de High Line, un parque público construido sobre una antigua vía de tren elevada al oeste de Manhattan.

Hoy en día, este pulmón es un lugar muy querido por los neoyorquinos, pero no siempre fue así. A finales del siglo pasado, cuando los trenes dejaron de pasar, se llegó incluso a firmar la demolición de la estructura; sin embargo, los vecinos consiguieron que se mantuviese en pie y darle una nueva vida.

Con una longitud de 2,5 kilómetros, se tarda una hora aproximadamente en completar el recorrido, un tiempo que se multiplica si nos detenemos delante de todos los estímulos que aparecen a nuestro paso: pinturas murales, vegetación de todo tipo, restos de la vía y, a ratos, unas vistas impresionantes de la ciudad.

Además, en el camino está el famoso Chelsea Market, un mercado de lo más moderno en un edificio industrial.

Una historia en blanco y negro

High Line ha vivido muchas etapas a lo largo de su historia. La primera nos lleva directos a comienzos del siglo XX. En aquel momento, las vías de tren que cruzaban la ciudad provocaban decenas de muertes entre los incautos peatones. Para evitar estos decesos se pusieron en marcha dos iniciativas: la primera, jinetes a caballo con una bandera roja que advertía a los viandantes cuando un tren se acercaba; la siguiente, eliminar los pasos a nivel de las calles.

Posteriormente, en 1924, comenzó la construcción de la línea de tren elevada y, casi una década después, circulaba el primer tren por High Line o, como entonces se llamaba, "West Side Elevated Line" (la linea elevada de la zona oeste).

Los vagones de estos trenes transportaban sobre todo mercancías, algunas de las cuales se distribuían en las fábricas que había alrededor como, por ejemplo, en la Compañía nacional de galletas, un edificio reconvertido hoy en Chelsea Market.

Con el crecimiento del transporte por carretera, el uso de esta línea de ferrocarril disminuyó paulatinamente hasta su cierre en los años 80. Poco después, se empezó a pedir la demolición total de la vía. Parecía que, antes o después, High Line estaba sentenciada.

La historia en color

Con la línea abandonada, algunos vecinos, entre ellos Peter Obletz, reflexionaron sobre cómo transformar la vieja estructura de hierro en un espacio funcional y aprovechable. Para ello se crea la "Fundación para el desarrollo de la línea del ferrocarril de la zona oeste".

A partir de ahí, empieza un periodo de altibajos. Por un lado, se ejecuta la demolición de alguna zona de la vía y determinados sectores muestran una fuerte oposición a que aquel armatoste de hierro continuase en la zona. Al mismo tiempo, la naturaleza había hecho de las suyas y había ido creciendo un jardín que motivó la fundación de "Friends of the High Line (Amigos de High Line)". Desde entonces, esta organización sin ánimo de lucro ha volcado sus esfuerzos en preservar la línea.

Finalmente, los organismos públicos aceptaron la transformación de la vía en parque público. Y empezó el trabajo. High Line abrió su primer tramo en 2009 y se convirtió así en un ejemplo para otras ciudades que quieren reconvertir viejos espacios industriales en espacios urbanos para el disfrute de los vecinos.

High Line hoy: arte, cultura, ocio y naturaleza

Actualmente, High Line es una zona verde de unos dos kilómetros y medio que, cada día, es recorrida por cientos de personas.

En ella, se mezclan más de 500 especies vegetales, obras de arte urbano, unas panorámicas de ensueño y restos de vías que recuerdan el pasado industrial de la estructura. Además, cada cierto tiempo, acoge actividades culturales.

Lo mejor para visitarla es dejarse llevar y caminar deteniéndose en aquellos sitios que nos llamen la atención: admirar las vistas y observar murales, sentarse en un banco para ver a la gente pasar y contemplar los diferentes tipos de plantas que han crecido.

Si no queremos perdernos nada, la web de High Line publica las últimas novedades y las actividades programadas.

High Line es una de las muchas visitas que se pueden hacer en Nueva York. Si tenemos varios días, siempre podemos contratar excursiones a sus alrededores con empresas como City Travel NYC que organiza salidas a Washington, Boston o Filadelfia, entre otros lugares.

Este artículo cuenta con la colaboración de la empresa City Travel New York City.