High Noon- 1953- C Zimmermman.

Publicado el 12 febrero 2010 por Pabela


No me pregunten porqué, pero el western es un género que siempre me atrajo; y evidentemente no podía faltar entre los clásicos. Pero la verdad es que elegí  abrir mi colaboración con un film que cuando lo ví entendí su inmensidad. Es que “A la hora señalada” (High Noon) se salta muchos de los esquemas típicos del género para reconstruir alegóricamente todo un entorno sociopolítico de la época. Veamos un poco: en 1947, en Estados unidos El Comité de Actividades Antiestadounidense (HUAC por su nombre en inglés), se encargaba de investigar la propaganda e influencia comunista en la industria cinematográfica de Hollywood; asique muchos de los artistas, productores, guionistas, etc. se hallaban en lo que se denominó “listas negras”, el sabotaje con el tiempo fue tal que muchos artistas, como Chaplin, por ejemplo, se vieron obligados a emigrar para poder seguir trabajando.El guionista Carl Foreman   encargado de “A la hora señalada”  con el productor Stanley Kramer, habían fundado una productora con una doble finalidad: crear Films  de géneros comercializables, pero a la vez que contuvieran un alto grado simbólico de la situación sociopolítica del momento. Y si bien la película protagonizada por Gary Cooper y la bella Grace Kelly (en su primer papel protagónico) al principio fue pensada como una alegoría de lo que representaba la ONU para Foreman, finalmente se desarrolló  en relación a  su propia experiencia personal frente a este contexto controlador.- “No era miembro del partido comunista en ese entonces, con lo cual no quería estar con ellos, pero obviamente me era impensable convertirme en delator”- explicaría más tarde.

Will Kane (Gary Cooper), es el sheriff de Hadleyville, un pequeño pueblo en el medio de la nada. En su último día de trabajo antes de retirarse y recientemente casado con Amy (Grace Kelly) llegan a la estación de tren local tres matones a la espera del tren del mediodía en el cual arribaría Frank Miller (Ian Mac Donald), quien años atrás Kane había atrapado. El film, que en un primer momento se pensó realizar en tiempo real, se focaliza en la figura del comisario tratando de reclutar infructuosamente ayudantes para enfrentar a este matón y defender al pueblo de él. SI bien todos saben que Miller viene a matar al sheriff, como lo había prometido cuando lo enjuiciaron, nadie mueve un dedo por él aun cuando saben que gracias a él el pueblo se transformó en lugar seguro y pacífico.Las escenas, acompañadas por la misma balada, se centran entonces en esa búsqueda desesperada por ayuda y en el nerviosismo de los minutos que se acercan a las doce. El reloj es un gran protagonista. Kane es un sheriff fuera de lo común, muy dispar a lo que sería un John Wayne (a quien de echo la película no le gustó por la inverosimilitud de un sheriff buscando ayuda en el pueblo) pues teme, suda, no quiere estar en el lugar que está, pero sabe que debe hacerse cargo de la situación. No puede ni quiere abandonar el pueblo a pesar de que este mismo se lo recomienda a gritos. En esta espera del minuto a minuto, las actuaciones son las que marcan la magnificencia de este film. La acción es poca pero las emociones muchas, imposible no ver una alegoría en esta historia sea cual fuera. Podría ser la parábola de muchas sociedades, de la cobardía normal del ser humano, de las traiciones inesperadas, de la soledad ante los problemas, del abandono de los seres en quienes uno confiaba.
El trabajo de montaje en esta joya cinematográfica debería llevarse unos cuantos premios ya que su director C. Zimmermman confió a Elmo Williams la tarea de edición por ciertas escenas que no le gustaban. Este genial editor entonces pasó dos días cortando aquí y resaltando allá hasta lograr casi lo que en un principio se quiso hacer: remarcar el tiempo real de espera, lo que se logra recién en la mitad de la película si uno sincronizara un reloj con los muchos que muestra el film. No obstante los relojes mostrados, están magníficamente compaginados con la espera en sí y uno sufre el paso a paso de lo inevitable: Kane enfrentando solo a los cuatro matones. El genial de Williams además, supo respetar la idea del director y del fotógrafo Floyd Crosby de resaltar el agotamiento físico de Cooper, quien para ese entonces ya sufría problemas de salud (no olvidemos que fallece 8 años después, en 1960, de cáncer). Así, las arrugas continuas, el tono de voz, la sudoración, palidez y movimientos pesados del actor, hacen de este sheriff nervioso y temeroso de lo que vendrá un ganador seguro del Oscar de ese año. El film en total gano 4 Oscars.
A la hora señalada, es un western original, un thriller psicológico inmejorable, una obra intachable.Una última curiosidad que me encantó conocer de este film: Henry Morgan en el film personifica a un tal  Sam Fuller, nombre de un conocido realizador  de la época (El rata,  on South Street, 1952). Foreman lo conocía del Sindictado de Escritores Cinematográficos y probablemente enojado por su sentido cínico con respecto al ambiente dictatorial y asqueado de sus ideas contrarias lo hizo figurar en el film de forma realmente patética pues ahí no solo se niega a ayudar al sheriff sino que se esconde en su casa haciendo mentir a su mujer. No es capaz ni de enfrentar al protagonista como el resto del pueblo escondiéndose tras las espaldas de esta.
Agradezco a Sean que me permita publicar en La Cinerata los artículos que escribo para Sólo cine clásico