No soy un apasionado del cine surrealista, pero tampoco me desagrada, y esta película se enmarca dentro de este género. Y no solo eso, sino que además, la enorme cantidad de matices, propuestas, denuncias, comportamientos... que transcurren en pantalla, son tantos, que se convierten en una película difícil, pero que te deja cierto poso que hace que al pasar de los días, aún estés pensando en ella. Por todo esto, aún no se de que lado de la balanza va a caer definitivamente, aunque se esta empezando a decantar por el lado bueno.
Como veis, me he extendido más de lo habitual en contaros de que trata la película, pero es difícil sintetizar de otra manera.
A parte de lo fascinante de su argumento, la película tiene otra baza en su casting actoral. Su protagonista es Tom Hiddelston, haciendo un brillante papel, pero no se quedan atrás los supuestos secundarios (pues van cogiendo peso a lo largo de la trama y hasta se podría decir que es coral), Sienna Miller, Jeremy Irons, Luke Evans, Elisabeth Moss y James Purefoy. Todos en plena forma, y a cual más desquiciado.
En definitiva, no puedo recomendarla, pero tampoco decir que no la veais. A mi me ha fascinado, y eso que aún no me decanto por si me ha gustado o no. Lo que sí que tengo claro, es que si no te gusta el surrealismo, huyas de la peli.