¡Pero!
Conseguí:
a) Una ecografía que llevarle a mi fisioterapeuta.
b) El auténtico folleto de higiene postural de los años 50. Prestad atención:
La verdad es que es tan auténtico que hay que tenerle cierto respeto.
Una pena que cuando se diseñara esto aún no se hubiera inventado el ordenador. Porque me habría venido bien para cuando pille un marido informático, digo. Yo con lo de la plancha y la lavadora voy bien.
p.d. Tengo los hombros hechos un desastre desde hace tiempo, pero no me estoy muriendo ni nada. Por si a alguien le quita el sueño mi estado de salud.