Los higos son originarios de Asia menor. No es casualidad que a Adán y Eva, se les represente con las hojas de higuera. Ya que fueron los primeros frutos que se cultivaron, de forma consciente. Se convirtieron en parte esencial en la cuenca mediterránea, mucho antes de los tiempos de la Grecia clásica. Con Grecia hemos topado, así que hay historia de dioses en el origen del higo. Y es que el pueblo griego decía que el higo lo habían recibido como regalo de la diosa Demeter.
Partido al higo los griegos le sacaron. Plinio el viejo en su libro Historia Natural de hace 2000 años, describía 29 variedades de higos. Pero no fue el único en escribir sobre los higos. Hace 3000 años Homero, en sus poesías, escribía de los higos como imagen de riqueza, ternura y placidez. También se nombran en la Biblia y están dibujados en los jeroglíficos del antiguo Egipto.
En roma se cebaba a las ocas con higos para que les diera a sus hígados un sabor particular. El higo es rico en sales minerales, potasio, magnesio, calcio y hierro. Tiene vitamina C, A y B. Poseen propiedades laxantes, ideal para visitar el baño yendo como la seda. Además los higos secos son ricos en fibra, contienen más calcio que ninguna de las otras frutas secas.
Existe otra variedad de higo, también muy asentada por esta parte del planeta. El higo chumbo, Opuntia laevis. La pulpa es dulce pero tiene muchas semillas
Es un higo de origen tropical. Traído de América de lo que ahora es México Con el descubrimiento del nuevo mundo. El higo Chumbo ha arraigado de tal manera en algunas zonas del sur de España, formando parte de paisaje.
A diferencia del otro higo Tiene escaso valor nutritivo. Solo cuando esta muy maduro tiene una pequeña cantidad de sales minerales y azúcar. La temporada para encontrarlo en los mercados es noviembre.
Un abrazo a las fuentes: Manual de los alimentos ed. Alianza editorial. El Gran Libro de las Frutas ed. RBA Integral Imagen: http://rincondelecturas.com