Su vida matrimonial no la alejó de la oración y la caridad. Varios años llevaba casada pero no tenía hijos. Entonces su madre comenzó a hacer fervorosas oraciones por tener un nieto, pero estando en oración, se le reveló que su hija sólo tendría hijos espirituales. Pero la mujer insistió en sus ruegos, y he aquí que enfermó, llenándose su cuerpo de úlceras y tumores. Durante dos años duró su tormento, hasta que considerando si su insistencia en un nieto no sería un castigo divino, se rindió a la voluntad divina y sanó milagrosamente.
Por su parte, Gherardesca convenció a su marido para que se tomara en serio su vida espiritual en serio y tomara el hábito en algún monasterio, cosa que hizo en el recinto camaldulense de San Sabino, Pisa. Por su parte, Gherardesca entró a la Orden Tercera del mismo monasterio, viviendo los votos en el mundo y con una intensa vida apostólica y contemplativa. Vivía en constante penitencia en una pequeña cabaña adosada al monasterio, donde servía a los pobres, oraba y daba consejo espiritual. Tuvo numerosas visiones y consuelos místicos durante años, hasta que subió al cielo entre 1260 y 1270.
Fuente:
A 29 de mayo además se celebra a:
San Cirilo,
niño mártir.
Santa Laura
y comp. mártires.
San Maximino de
Tréveris, obispo.