XI
Siento pena
por las mujeres que ríen con los brazosy lloran de mentira para los hombres.Y se descubren el pecho antes de la invitacióny mueren en el placer... ojos cerrados.Siento penapor el poeta hecho sólo para ser padre... y ser poeta.Y por aquellos que se duermen sobre el papela la espera de la palabray por los que hacen hijos por casualidady por los locos y por el perro que pasay por mí... que espero la muerteentre la confusión y el miedo.XVII
a Luiz HilstEl poema se deshace. Bien lo sé.Y muere de a poco.Si el genio del poeta consiguiesela palabra con sabor a eternidad.Decir sobre la amiga que se fuey abría los ojos nocturnos sin voluntad.Decir sobre el amante alguna otra cosamás allá de la espera.Decir sobre la madre, oh, amadísima,todo lo que la boca no dicey se pierde.Tan solos están los hombres y la palabra.¿Por qué no habrá otro mundosin ruido ni boca,mudo, espléndidamente mudo?Hilda Hist (Jaú, 1930 - Campinas, 2004), Baladas. Traducción: Salvador Biedma. Caleta Olivia ediciones. Buenos Aires. 2017.