Unidos por la necesidad, ambos personajes (Arnaldo y Federico) entablan una relación de amistad basada en una única verdad: que pasado el poco tiempo del que disponen, el filósofo será entregado a las autoridades para su ejecución. Debido a esto, Federico descubre que puede abrirse ante aquel anciano, narrándole los hechos que le han llevado hasta ese punto, las vidas y las muertes de sus seres queridos y sus propios miedos y decepciones.
Arnaldo, convertido en un mero objeto de cambio, se ve envuelto en una red de conspiraciones cuyas finalidades son bien distintas, la coronación del nuevo emperador o, por el contrario, la caída de toda su familia.
Impresión:
¿Por qué resulta tan complicado escribir sobre algo que nos gusta tanto? Al menos a mí me pasa. Ya sea un disco, una película, un cuadro o, en este caso, una novela. Temo que cuando se repartió la Capacidad de Expresión, se fue toda para el lado de las Blasfemias.
Con esto, básicamente, lo que quiero decir es que mis palabras no le harán justicia a «Hilos de ambición».
No es la primera novela que leo del autor pero sí la primera que me daba un poco de respeto leer porque la novela histórica se me suele hacer un tanto pesada y me cuesta entrar en ella.
Creo que me di cuenta de que estaba enganchada cuando empecé el segundo capítulo. Me la leí en dos tardes. Un 20% la primera y un 80% la segunda. Así de metida estaba en la historia de Arnaldo de Brescia. Bueno, en la suya y en la del resto de personajes que protagonizan y pululan por ella. No sabía mucho, por no decir nada, sobre Federico I de Hohenstaufen (Barbarroja), Enrique «El león», etc. ni de la época en la que vivieron y ha sido genial conocerla de la mano de Efraim Suárez porque tiene una capacidad especial para contar cualquier cosa de una forma muy interesante y sin hacerse pesada.
Y es que es uno de esos pocos casos en los que se junta una buena historia con una calidad literaria impresionante. Leer, no solo esta, sino cualquier novela suya, es una delicia para el cerebro. A veces recuerda a esos autores de antaño que escribían cuidando hasta el más mínimo detalle, donde cada frase parece haber nacido de una caricia hecha a las palabras, al lenguaje. Es algo muy difícil de encontrar en la literatura actual. Aunque eso ya es otro tema.
Volvamos a «Hilos de ambición».
Tiene ese estilo característico de la novela histórica pero sin esa pesadez y sin esa maraña que suele formarse con tantos datos y con tantos personajes. Aquí se diferencia cada hilo (ja-ja), gracias a lo cual puedes pasearte por ellos sin perderte, disfrutando de las historias que cuentan unos y otros, pensando en si este o aquel dicen la verdad, si van a acabar traicionando o mantendrán su palabra.
Sin cabos sueltos, sin capítulos flojos o aburridos, queriendo avanzar y a la vez no porque no quieres despedirte de los personajes.
Si tenéis la oportunidad, no lo dudéis, leedlo.
Puntuación: 8/10