¿Qué tiene de especial el hipocampo, al margen de su curiosa apariencia?¿Por qué es tan importante?Es especial porque es una de nuestras llaves mágicas. En su estructura no guarda ninguno de nuestros secretos, pero sin su concurso, no nos estaría permitido el acceso a ellos. Las neuronas que pueblan el hipocampo ejercen de puente entre lo que ya conocemos de antemano y lo que acabamos de conocer. De esas conexiones derivan conocimientos más elaborados y nuevos recuerdos para atesorar en el cofre de nuestros momentos.¿Qué sería de nosotros si no pudiésemos acceder a lo que acabamos de compartir con los demás, a lo que acabamos de experimentar ahora mismo cuando tratemos de evocarlo en unos pocos días?Nuestro cerebro cumple constantemente las funciones de grabadora. Registra todo lo que experimentamos a través de nuestros sentidos y procesa la información recibida almacenándola en diferentes estructuras de memoria, en función de la importancia que le demos a esa información. Si es algo que sólo necesitaremos recordar por un tiempo limitado, como una lista de la compra o un número de teléfono, nuestro cerebro retendrá la información de forma muy temporal en nuestro almacén de memoria a corto plazo. Pero si los estímulos que captan nuestros sentidos son dignos de recordarse por más tiempo, bien porque implican nuevos conocimientos que nos interesa retener o porque afectan de lleno a nuestras emociones, esa información será traspasada a nuestra memoria a largo plazo. Para poder llevar a cabo con éxito ese traspaso de información, el hipocamporesulta imprescindible.A las personas que, tras un accidente cerebrovascular, un episodio de anoxia, lesiones causadas por alteraciones metabólicas o por un tumor, les ha quedado afectada el área donde se encuentra el hipocampo, les resulta imposible poder grabar información nueva. Pueden recordar todo lo experimentado antes del accidente o de la enfermedad, pero ya no pueden contar con la colaboración de las neuronas que, en condiciones normales, ejercen de puentes. Es como si hubiesen perdido la contraseña para acceder a sus cuentas de correo y no pudiesen enviar sus mensajes o como si se encontrasen, de repente, con que ya no encajan en la cerradura del cofre porque alguien la ha cambiado o la ha bloqueado.¿Qué les ocurre a las llaves cuando dejan de usarse? Algunas se extravían, otras se cubren de óxido y yacen olvidadas en cualquier bolsillo o en cualquier cajón. Lo mismo les ocurre a las neuronas del hipocampo que dejan de sinaptar unas con otras. Como las llaves olvidadas, acaban degenerándose y degenerando las estructuras de toda la zona que habitan.
Estrella PisaPsicóloga col. 13749
Bibliografía consultada: Fisiología de la conducta- Neil R. Carson- Ariel Neurociencia- 1997