Hipotiroidismo canino, posible causa de conducta agresiva en perros

Publicado el 15 enero 2014 por Borjaros

En un artículo anterior hablé de la Leishmaniosis, por su importante prevalencia en nuestro país.

En esta nueva entrada hablaremos del hipotiroidismo canino y, sobre todo, de su relación con alteraciones del comportamiento en animales afectados. Por esta razón, este artículo no pretende ser una descripción de esta patología, sino que tiene como objetivo hablar de la relación existente entre el hipotiroidismo y la agresividad, que se manifiesta como uno de los síntomas de esta enfermedad.

¿QUÉ ES EL HIPOTIROIDISMO?

El hipotiroidismo es un trastorno hormonal que aparece cuando se produce una disminución en la actividad de las hormonas tiroideas. Es una de las alteraciones endocrinas más frecuentes en la especie canina, mientras que en gatos es mucho menos común (al contrario de lo que ocurre con el hipertiroidismo).

El hipotiroidismo puede ser primario (en la mayoría de los casos) o secundario. El más frecuente es el hipotiroidismo primario, y es debido a una destrucción de la glándula tiroides, a menudo de origen autoinmune.

HIPOTIROIDISMO CANINO Y AGRESIVIDAD

Como ya comenté en el artículo ” La agresividad canina” (http://adetcan.wordpress.com/2013/06/23/la-agresividad-canina/), los problemas de agresividad pueden clasificarse en base a un origen por causa orgánica o inorgánica; una de las causas orgánicas más comunes en la agresividad canina es el hipotiroidismo. Como ya dije en el artículo mencionado, un primer paso ante un problema de comportamiento es descartar una posible causa (patología, dolor,…), y en el caso de perros que muestren agresividad con determinadas características (que veremos a continuación), el hipotiroidismo debería estar siempre entre los posibles diagnósticos diferenciales.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que pueden darse dos situaciones:

1) Que el hipotiroidismo sea la causa original del problema de agresividad.

2) Que el hipotiroidismo no sea la causa del problema, sino un agravante. Esto se produce generalmente en animales que ya mostraban otras formas de agresividad (sin causa orgánica), como la agresividad por miedo o la agresividad por imposición (más comúnmente llamada agresividad por dominancia).

En cualquier caso, estarán indicadas las pruebas diagnósticas  oportunas para confirmarlo/descartarlo, ya que independientemente de si es la causa o un agravante de un problema de conducta ya existente, el animal debería ser tratado correctamente.

CARACTERÍSTICAS DE LA AGRESIVIDAD EN UN PERRO HIPOTIROIDEO

En primer lugar, hablaremos de las características del paciente que nos pueden ayudar o hacernos sospechar, al menos, de un posible hipotiroidismo como origen o agravante del problema de agresividad; estas características no son más que orientativas, pues perros que no las cumplan (diferente raza, rango de edad, independientemente machos o hembras, castrados/esterilizadas o no,…) también pueden padecer hipotiroidismo.

-La edad de aparición más frecuente es entre los 2 y 6 años; esto no quiere decir que animales más jóvenes o de mayor edad no puedan padecerlo.

- Existen algunas razas predispuestas, como los Dobermann, Bóxer, Caniche, Dogo Alemán y el Golden Retriever, entre otras. En estas razas la edad de aparición puede ser anterior a la ya mencionada.

- Debido a que el hipotiroidismo puede ser un agravante de un problema ya existente de agresividad por imposición, tendremos que valorarlo como diagnóstico diferencial ante animales con las características más relacionadas con el “perfil de un perro con agresividad por dominancia”: macho entero (más que castrados), de entre 1 y 3 años de edad (o que empezó a manifestar la conducta a esas edades); hembras castradas (más que en enteras), si bien en hembras esta forma de agresividad no es tan común.

Por otro lado, la agresividad que muestran los hipotiroideos, se caracteriza porque, en unas ocasiones, aparece de forma más o menos repentina, en contextos o situaciones poco claros, sin que haya una causa aparentemente justificada para que el animal muestre agresividad; a veces, incluso, puede ir dirigida hacia objetos, en lugar de hacia personas u otros animales. Esta manifestación de agresividad podría ser la más común en los casos en que el hipotiroidismo es la causa primaria de la conducta agresiva.

Otras veces, en cambio, la agresividad es muy similar a la debida a imposición o dominancia (son los casos en que el hipotiroidismo es un agravante, y no la causa del problema de conducta); es decir, una agresividad acompañada generalmente  por impulsividad (el animal elimina las señales indicativas de un posible ataque: señales de apaciguamiento, gruñir, ladrar,…lo que le hace más peligroso), acompañada de una postura típica de agresividad ofensiva (ver artículo “La agresividad canina”), y que se desencadena ante situaciones bastante predecibles (como acariciar al animal, mirarle fijamente a los ojos, inclinarse sobre él, pasar próximo a él sobre todo mientras come o descansa,…). Además, generalmente la agresividad por dominancia suele dirigirse hacia personas conocidas, como el propietario o miembros del hogar.

Hay que tener en cuenta, a la hora de valorar esta patología como posible diagnóstico diferencial, que la agresividad no siempre va acompañada por otros signos frecuentes del hipotiroidismo. Es cierto que los casos de hipotiroidismo canino cuyo único síntoma es la agresividad no son los más frecuentes, pero existen, y por eso a pesar de su baja prevalencia esta enfermedad debe tenerse en cuenta; también puede ocurrir que sea el primer síntoma de la enfermedad, y aparezca por tanto antes que otros signos más evidentes o más comunes de hipotiroidismo.

Entre los síntomas más comunes que suelen aparecer en animales hipotiroideos encontramos:

- intolerancia al ejercicio, letargia, obesidad (sin que aumente el apetito ni la ingesta de alimento), apatía, …

- Alopecia, que se caracteriza por ser simétrica y bilateral, no pruriginosa. Algunos animales sufren la llamada “alopecia en cola de rata”, en la que se cae únicamente el pelo de la cola, a excepción del de la punta. Otras alteraciones dermatológicas son mixedema, pioderma, otitis, mal aspecto del pelo,..

- Alteraciones neurológicas, reproductivas (aumento del tiempo entre celos), gastrointestinales (vómitos, diarreas), cardiovasculares,…

Por otro lado, las alteraciones más comunes que aparecen en el análisis de sangre (hemograma y bioquímica) son anemia no regenerativa, incremento del colesterol y los lípidos, aumento de enzimas hepáticas.

No obstante, para confirmar o descartar la patología será necesario realizar una prueba hormonal de determinación de tiroxina y TSH endógena. No es objetivo de este artículo explicar la interpretación de los resultados, pero cuando se observe una concentración alta de TSH y baja de tiroxina, es diagnóstico de hipotiroidismo primario, y será necesario el tratamiento correspondiente (levotiroxina sódica, vía oral, de por vida).

EN RESUMEN…

Ante un caso de un perro con un problema de conducta agresiva, debemos valorar siempre la posibilidad de que haya una causa orgánica responsable del trastorno de comportamiento; el hipotiroidismo es una de estas causas orgánicas a tener en cuenta entre los diagnósticos diferenciales, por lo que en dichos casos estará justificada la realización de pruebas analíticas (análisis de sangre y prueba hormonal) para poder confirmarlo/descartarlo, independientemente de si el animal muestra o no otros síntomas de la enfermedad (valorar, por su puesto, la historia clínica del perro). En caso de confirmarse el diagnóstico, será necesario administrar el tratamiento específico de hipotiroidismo al paciente, ADEMÁS de llevar a cabo un programa de modificación de conducta, (qe será especialmente importante y necesario si el hipotiroidismo es un factor agravante de un problema ya existente de agresividad por miedo o por imposición.


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