¿He aquí una historia de amor? Puede ser. Depende del ojo que la mire. Amor de un día que dura para siempre, amores de instantes que no se olvidan y atrás de este una fábula antibélica. Lo que queda de la guerra, sus secuelas, sea a nivel universal o personal son horrorosas siempre.
Aquí Emmanuelle Riva es inconmensurable, enorme, en este complejo retrato de una mujer rota. Su compañero de aventura (Eiji Okada) sufre a cada instante el encuentro. Juntos deambulan por Hiroshima mientras ella parece huir de su lado. Quizás no quiere repetir su tragedia o anhela romperla del todo permitiéndole con su insistencia, quedarse para ella.
Amores imposibles como este se subliman siempre. Lo que es un instante y no volverá a ser se anhela con ahínco. Lo que se dicen mientras lo que se ve, los lugares que recorren, en donde se encuentran y se alejan son postales de una ciudad que ha resurgido de las cenizas, de la muerte por la bomba atómica.
Sin embargo, somos testigos a través de la memoria, del horror de la guerra, de la crueldad tatuada en la piel, en las carnes, en los despojos de las víctimas, sin tregua este amor condenado y apasionado es tan parecido al lugar en el que comienza y termina una y otra vez.
Hermosa y dolorosa película del maestro Alain Resnais.