El Picasso de la alta costura, Balenciaga
23/3/1972 – Muere en Jávea (Alicante) Cristóbal Balenciaga, nacido el 21/1/1895 en Getaria (Guipúzcoa), indiscutido maestro de la alta costura.Apodado el Picasso de la alta costura por su constante investigación de formas y tejidos, Balenciaga siempre fue por delante de sus colegas, siendo considerado, aun en la actualidad, como el maestro de maestros de la alta costura. En 1938 se avanzó al New Look, y en 1947 lanzó la línea Barril, que el Harper’s Bazaarcalificó como ‘realmente innovadora’, frente a un New Look de Dior de silueta retro. Tan adelantada en su tiempo, que fue un fracaso comercial: las mujeres no estaban preparadas. Más adelante se adelantaría a Kawakubo y Yamamoto en la concepción del volumen que propusieron en los Ochenta.
Balenciaga entendía el vestido como un armazón capaz de transformar la silueta femenina, y acabó convirtiendo a la mujer en el elemento sustentante de una estructura geométrica, en una depuración de las formas que lo llevó hacia la abstracción en sus últimos años, cuando experimentó con los tejidos, jugando con el reflejo de la luz, y depurando las siluetas, cada vez más minimalistas.Como Vionnet, evolucionó hacia un corte simple de las prendas -inspirado en la indumentaria religiosa-, dando como resultado siluetas abstractas que no revelaban el contorno del cuerpo.Muy estricto en su concepción del oficio, nunca flirteó con la publicidad ni pensó en desarrollar su empresa, al contrario que Dior. Además, Balenciaga no vendía ni toiles ni patrones a los grandes department stores americanos, sino sólo modelos originales salidos de su casa de costura, en número y series limitadas.Contrario a las copias y fiero guardián de sus clientas –se vanagloriaba de vestir sólo a las pura sangre-, en 1956 decidió plantar a la prensa, presentándole la colección un mes más tarde, después que clientas y buyers hubieran realizado y obtenido sus encargos, para evitar las copias. Algo que, secundado por Givenchy, hizo hasta un año antes de su retirada. Algo impensable hoy, aunque en cierta manera emulado por Tom Ford, que, entonces obtuvo la cobertura de las revistas reinas, Vogue y Harper’s Bazaar, que volvían a París para cubrir ambas colecciones, dedicándoles un especial.En 1968, año de la revolución estudiantil en París, Balenciaga se retiró de la moda, consciente de que no había sitio para el lujo y la elegancia que él había representado. Y la alta costura no volvería a ser lo mismo.