Historia de Galletas Fontaneda. Un clásico de nuestros desayunos ochenteros que tuvo que ser vendido para poder salvarse

Por Juan Carlos Fernández

Si hay una marca de alimentación que puede hacer retroceder a varias generaciones a su tierna infancia es, sin duda, Fontaneda y sus galletas. Esta marca ha estado presente (y lo sigue estando) en los desayunos y meriendas de gran parte de los niños de este país durante muchos años. Son asimismo clásicos sus anuncios de televisión y su slogan que ha quedado grabado en la mente de muchos españoles, “Qué buenas son, las galletas Fontaneda”

Origen de las Galletas Fontaneda

Su origen está en Aguilar de Campoo en el año 1881, cuando Eugenio Fontaneda comenzó a elaborar de forma artesanal galletas y bizcochos. La primera fábrica es de 1923, si bien ya desde dos años antes se empezó a fabricar de una forma más industrial gracias a que su hijo, Rafael, tomó las riendas de la compañía tras la muerte de su padre. Es en este momento cuando surgen las inconfundibles galletas maría.

Durante los años 40 y 50 Fontaneda se fue consolidando como líder en España en el mercado de las galletas, al tiempo que iba modernizando e innovando en sus productos y métodos de producción. De hecho, un incendio en su mítica fábrica de Aguilar de Campoo en 1958 obligó a remodelar la misma y renovar maquinaria.

Los problemas financieros de los años 90 y posteriores ventas

Una vez falleció Rafael Fontaneda entró a dirigir la compañía la cuarta generación familiar y, como sucede en muchos casos similares, comenzaron los problemas financieros. Así, producto de una mala gestión de la empresa, inversiones fallidas y también una mala situación económica generalizada en el país, la familia Fontaneda se vio obligada a vender la compañía a la americana Nabisco en 1996, que a su vez fue comprada por la tabaquera Philip Morris, la cual dejó la gestión de Fontaneda a la británica United Biscuits.

Tras varias reorganizaciones, EREs y reconversiones, United Biscuits decidió en primer lugar unir a tres de sus marcas, Marbú, Artiach y Fontaneda, en una sola empresa. No obstante, en 2001 United Biscuits cerró la legendaria fábrica de Aguilar de Campoo alegando índices de baja productividad y se llevó la producción fundamentalmente a Barcelona. Por fortuna el Grupo Siro compró la fábrica para realizar allí parte de su producción, por lo que se pudieron quedar gran parte de los trabajadores. Sin embargo, el Grupo Siro acabó demoliendo la fábrica en 2014.

Una vez centralizada la producción en Barcelona se vivieron algunos años de aparente tranquilidad, aunque un nuevo cambio estaba a las puertas de producirse. En 2006 Kraft Foods (ahora Mondelez), de origen estadounidense, compra los negocios de United Biscuits en la península ibérica entre los que se encontraba Fontaneda.

A día de hoy se pueden seguir comprando productos Fontaneda y, especialmente, sus galletas maría (aunque ahora se llaman La Buena María), ya que la marca siempre se ha mantenido a pesar de la intrincada trayectoria que ha vivido desde mediados de los años 90. Sin duda se trata de una marca con mucha fuerza, gran contenido nostálgico y emocional que ha pasado a formar parte de la cultura popular del país.

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