El simple hecho de existir la escritura hace que podamos comparar los discursos de hoy en día con los del pasado. En la tradición oral el discurso es el mismo, pasado y presente se adaptan a la situación actual con lo cual no hay una sensación de cambio sino de tradición inmutable. Sin una tradición escrita, no existe posibilidad de comparación.
Un aspecto a tener en cuenta es qué se escribe y por tanto se transmite y cuáles otras cosas carecen de importancia como para dejarlas a la posteridad. Es posible que la vida de un rey tenga mucha importancia en ese momento y sin embargo la tradición de agricultura o las técnicas de fabricación de ciertas cosas no quedan por escrito (los inicios de la ciencia y la tecnología por otro lado). Apenas hay textos antiguos sobre enfermedades que afectan a mujeres o sobre la existencia de ciertas malformaciones genéticas, por ser consideradas aberrantes y castigos de dioses.
Sin embargo, cabe entrar en qué textos se conservan y cuáles se pierden en el tiempo. Nos pasa incluso hoy en día que cuando hacemos la mudanza de una librería, conservamos los textos que nos parecen más valiosos y desechamos los que a priori no nos van a interesar. Sucede lo mismo cuando se hacen copias de libros antiguos, se conservan textos o se traducen obras. No todo queda. No todo tiene la misma relevancia y por tanto no todo pasa a la siguiente generación.
Un aspecto totalmente relevante es si los textos los elabora un pequeño grupo de población o pueden ser realizados y adquiridos por más gente. En este sentido la tradición del papel, la imprenta y las copias económicas han permitido que hoy en día se conserven muchos más textos y libros que de ninguna otra época. Esto tendrá una fuerte influencia en la epistemología del futuro.
https://www.xatakaciencia.com/antropologia/el-sueldo-mas-antiguo-del-mundo-fue-cobrado-en-cerveza