Bajo el mandato de los Reyes Católicos se creó la base política y social necesarias para el florecimiento del arte de la joyería en España.
En esta monarquía, consolidada, se propició la entrada de un mundo artístico en todos los órdenes. El orfebre -artista del Renacimiento se hace consciente de su arte y busca el reconocimiento. En ese momento se empieza a abandonar la simplicidad geométrica y el color segmentado de los diseños del gótico tardío, para adoptar una visión y un gusto mas cercano a la naturaleza.
Pieza antigua de la colección de Dña. Leonor de Avenio.
Pasando al siglo XVII, el español rico, le gustaba hacerse notar con el brillo del oro y de las piedras preciosas. Esto llegó hasta el siglo XVIII y llevó a los joyeros a convertirse en meros talladores y cortadores de piedras y abandonar otras técnicas.
Broche de plata, cristal de roca y vidrio. Siglo XVIII.
En el siglo XVIII, se produce un comercio por toda Europa, gracias a los grandes diseñadores como Pauwels, Peruzzi, Duflos, Cerini, ellos marcaron la moda y el gusto de los engastes montados al aire de piedras de gran tamaño. En España la joyería se divide y unos siguen la nueva corriente Europea y otros siguen con la joyería tradicional, aunque influenciados por las nuevas modas.
Regalo del emperador Napoleón a su hijastro,
por la boda con la Princesa Augusta Amalia de
Baviera, 1806.
En el siglo XIX, se intenta imitar joyas de civilizaciones pasadas, como la egipcia, etrusca y romana, pero con los métodos de las nuevas tecnologías que se aplican en este siglo.
Rostrillo de Isabel II de diamante y topacios.
La joyería en el siglo XX, una vez mas es sinónimo de glamour, lujo y objetos preciosos. Entran nuevos materiales como el hierro, cerámica, pasta, bronce y cristal que se mezclan con la plata y el oro haciendo piezas únicas. Al ser piezas tan recientes han sobrevivido muchas de estas, pero unos períodos están mas representados que otros. Las piedras de tallado y pulido consiguen extraer de ellas toda su belleza.
Anillo de los años 20 en forma de lanzadera, con 9 diamantes
talla antigua y rosa (0,3 kilates aproximadamente) y rubís.
Los diseñadores de este siglo inventaron y crearon nuevas y exquisitas formas que hicieron las delicias en los escaparates de Roma, París, Londres y Nueva York. Hoy se utilizan todos los materiales con los queun creador pueda desarrollar su vía de exprexión, ya que no hay límites.
Colgante de pizarra gallega y plata
con cordón de caucho rematado en plata de
www.fajardodeandrade.com
Autor : Beatriz Leoz