El Senado aprobó ayer el Proyecto de Ley que Establece Medidas en contra de la Discriminación, por lo que ahora el proyecto pasará a un nuevo trámite parlamentario en la Cámara de Diputados. Uno de los temas relevantes era la inclusión de identidad de género al listado de discriminaciones arbitrarias, lo que fue aprobado por 23 votos a favor, 8 en contra y 1 pareo, pero con un detalle: lo que se incluyó es identidad sexual y no identidad de género.
Lo indicado ha sido considerado un triunfo por la sociedad civil. Pese a sus significativas falencias, la ley es observada por organizaciones LTGB como una posibilidad cierta de avanzar en la erradicación de los discursos y prácticas de odio en contra de la diversidad sexual.
Las mejoras que requiere la Ley son significativas, es por eso, que en ISIG trabajamos en un documento que la analice, fundamentalmente para apoyar el debate sobre ésta y sobre el discurso en torno a género que tienden a naturalizar las relaciones entre sexo y su representación cultural. Celebramos el trabajo diverso que se desarrolla al respecto que no sólo corresponde al que se exhibe en los medios o al que ha estado en el Parlamento.
El inicio de este proceso lo hacemos desde un documento que recorre la historia de la ley enfatizando el trabajo de activistas lesbianas. La segunda entrega se focalizará en sus carencias.
La historia
Desde finales del ‘99 se comienza a implementar el Programa de Tolerancia y No discriminación cuyo objetivo radicaba en sensibilizar a la ciudadanía respecto de la diversidad social, de tal modo, que se facilitará su inclusión en las políticas públicas. El 2000 se conformó la Mesa Intercultural y con el apoyo de la Universidad Diego Portales se elaboró una propuesta Marco de Ley Antidiscriminatoria.
Dicha propuesta, entre otros, incorporaba una plataforma institucional que la proveía de un carácter de ciudadanía pluralista cultural, pues consideraba espacios de representatividad que permitiría a la diversidad incorporarse a las discusiones sobre estos temas. Así también, contemplaba recursos para desarrollar acciones de prevención, sanción y evaluación de las medidas en contra de la discriminación.
Dicha propuesta de ley fue presentada en el año 2002; dos años después de iniciado el trabajo de la Mesa Intercultural. Dos años pasarían, casi tres, para que Ricardo Lagos en el 2005 extendiera su respuesta transformada en un proyecto de ley que había cercenado los contenidos de la propuesta inicial. Entre otros: La institucionalidad, un aspecto muy importante para desarrollar una implementación efectiva de la ley había sido erradicada, así como la enunciación explícita de artículos discriminatorios. Las sanciones tenían carácter pecuniario lo que sólo facilitaba la reproducción de la discriminación al no considerar –por ejemplo- el contexto de la relación obrero/patrón.
Desde el 2005 en adelante se desarrollarían acciones de incidencia destinadas a mejorar la ley, que de tal forma constituida, sólo representaba un discurso de buenas intenciones. Ese año se intentó reemplazar el criterio “orientación sexual”, por “condición sexual”, lo que fue impedido fundamentalmente, por la acción de incidencia de activistas gays de la Brigada Gay del Partido Socialista.
El año 2006 la Comisión de Derechos Humanos del Senado convocaría a las organizaciones de la Sociedad Civil a presentar sus indicaciones a la ley. El Comité por la No Discriminación se re articularía ese año[1]. Su sentido fue mejorar la ley para lo que se reunían periódicamente. La síntesis de sus acuerdos –que se transformaron en las indicaciones que la mayoría de las organizaciones de diversidad sexual concordaron- fue presentada por Toli Hernández en una concurrida reunión el 05 de junio de 2006 en el Ex Congreso Nacional:”Queremos más” era lo que de modo permanente la activista repitió incluyendo “el reto” a aquellos que no se veían tan atentos a las indicaciones que planteaba.
En el Comité por la No Discriminación participaron Las Otras Familias, Cuds, Mums, Acción Gay, OTD, Brigada Gay, Cas Pintana, Unjidem representadas por Emma de Ramón, Felipe Rivas, Marco Becerra, Andrés Rivera, Alejandra González, Toli Hernández. En un inicio también participó Bloque Lésbico. Fueron diversas sus acciones en medio de unos años 2005,2006,2007 especialmente activos respecto de la actuancia política de la diversidad sexual detonados por el caso de Karen Atala, el encuentro lésbico feminista y el contexto prodigado por la incidencia del Comité y de las organizaciones que le constituían.
En honor a la invisibilizada participación lésbica destacamos el lugar protagónico que las activistas lesbianas tuvieron en este proceso de mitad de la década del 2000. No es menor, pues allí se gestaron indicaciones que aún hoy tienen plena vigencia. Éstas fueron las que convocaron a las organizaciones de diversidad sexual. Toli Hernández, presidenta de Mums en ese momento, moviliza su defensa -bien valorada- de trabajar articuladamente con las organizaciones de diversidad sexual, en base a la invitación que esta organización había recibido para expresar sus indicaciones a la ley. Para ella las indicaciones debían ser, en ese contexto, lo más representativas posibles. Karen Atala y Ema de Ramón habían alcanzado un rol protagónico por la demanda al Estado que habían planteado a la Corte Interamericana. Su trabajo en el Comité fue constante y comprometido. Las capacidades de cada quien fortalecieron un trabajo que se desarrolló sin pugnas de poder; por el contrario potenció el trabajo colectivo. Jennifer Mella representó a Bloque Lésbico en la mayoría de las reuniones en las que éstas participaron. Sus propuestas influyeron contundente y significativamente los documentos que se consensuaban.
El 2008 las acciones de las organizaciones LTGB no se articularían por el escenario parlamentario que puso a muchos y muchas en la carrera por lograr algún escaño parlamentario o municipal. En el año 2009 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2009) por el caso de Karen Atala e hijas emite recomendaciones específicas a Chile, respecto del desarrollo de acciones para prevenir, erradicar y prohibir la discriminación. Esta situación deja en evidencia los angostos contenidos de la propuesta de ley e instala en el gobierno de turno la responsabilidad de generar un trabajo concreto respecto de la No discriminación. Dicho trabajo se esfumó rápidamente, en tanto la Mesa de Trabajo que se conformó no tenía carácter vinculante, es decir, no obligaba al Gobierno a asumir las indicaciones de la sociedad civil. En esta oportunidad la participación lésbica fue menor. Toli Hernández, Freya Schneider que buscaron en nombre de ISIG incorporarse a la Mesa[2]; Erika Montecinos por su conocido rol como comunicadora social; Rocío una estudiante de enseñanza media que participaba en el grupo de personas trans, y gays de Mums.
La llegada de Piñera y una ignorancia significativa respecto de la violencia a la diversidad sexual determinaría que la Ley que establece medidas en contra de la discriminación -que ya era mala- sufriera nuevos ajustes a sus contenidos. Se eliminaba género, entre otros, lo que determinaría la estrategia de incidencia desarrollada por organizaciones LTGB centrada en la inclusión de identidad de género que fue aprobada como identidad sexual el día de ayer. Sobre éste y los hierros de la ley informaremos en el siguiente artículo que esperamos esté arriba este fin de semana.
[1] Surge el 2003 con base en las discriminaciones que afectaban a la comunidad en especial lesbianas estudiantes. Su objetivo principal era el desarrollo de acciones que “funaran” las prácticas discriminatorias de distintos sectores hacia la diversidad/disidencia sexual.
[2] ISIG envío mails para esto. En ese contexto fue convocada a una reunión particular que más bien parecía desear evaluar lo pertinente que se era o no para participar en esa instancia en donde la voz lésbica estaba del todo sub representada. Haciendo esa consideración es que deciden incorporarse a la mesa. En la actualidad ISIG ha desechado el trabajo de lobby político.
Fuente: Ideas sin Género