Durante el periodo de la Cultura Copta siglos IV-VII, el arte copto alcanzo un gran florecimiento en el que se desarrolló una avanzada tecnología en los telares y tejidos, creando unos bellísimos bordados de influencia bizantina, pero cargados también de un perfecto orden clásico por influencia helenística. A partir del año 641 en que este pueblo fue invadido por los árabes musulmanes, los coptos pasaron poco a poca de ser una etnia, a ser la definición con que se conocerá una secta cristiana en Egipto y Etiopía.
Los mozárabes (cristianos que vivieron en zona gobernadas por árabes, pero manteniendo su religión cristiana y sus leyes hispano-godas), tomaron mucha influencia de la cultura árabe, en especial en la lengua, la gastronomía, ritos vinculados al ciclo de la vida, nacimiento, bodas… y sobre todo en las artes suntuarias en especial en el vestir, géneros de telas y decoración o bordados de los mismos.
Es sabido como Lagartera fue poblado por gente mozárabe antes de que fuese reconquistado, y probablemente algunos de estos provenían de Toledo, de ahí que el barrio mas antiguo se le denominara Toledillo. La existencia de población mozárabe en Lagartera queda demostrada en el documento de 1281 publicado por don Ángel Barrios en su obra “Documentos de la catedral de Ávila”. Y estos mozárabes serian los que adaptaron algunos bordados copto-árabes entre sus naturales y han permanecido hasta nuestros días.
Diseños del gusto renacentista los percibimos en algunas escenas religiosas plasmadas en ropas de cama. De igual manera vemos influencia del siglo XVIII tomada de los modelos salidos de las Reales Fábricas de Seda de Ávila, Talavera de la Reina y Oropesa. Y por supuesto de algunos motivos ornamentales de las cercanas cerámicas de Puente del Arzobispo y Talavera de la Reina.
Se conoce la existencia de un taller de labranderas propiedad de Catalina Fernández Lozano en el barrio Lagarterano de Toledillo en el siglo XVI. Julián García Sánchez, lo sitúa en 1540 y a la labrandera Juana Martínez, mujer de Benito Martín Vallejo en 1520.
Hace aproximádamente un siglo, que Pedro Alía, “Tío Halia” nacido en Lagartera en 1858, animado por las necesidades familiares y por los halagos que oía a los, cada vez mas frecuentes, forasteros que visitaban la población de Lagartera, se animo a desplazarse a Madrid para ofrecer las labores que realizaba su esposa Josefa García. Se iniciaba así lo que podíamos denominar comercialización de los bordados de Lagartera, a la que fueron uniéndose gran numero de naturales de este pueblo, así como de otros, que difundieron estos bordados por toda España e incluso en el exterior, pero siendo siempre las mujeres lagarteranas las manos de este arte sin igual.
Tipos
Deshilados - "desilao" en vocabulario lagarterano -Bordados - "de por cuenta" en vocabulario lagarterano -Dibujados - "dibujao" en vocabulario lagarterano -
En algunas modalidades,recuerda al Hardanger o bordado noruego.
Materiales
Tela. Tejidos de lino, algodón, loneta, tergal.Hilos. moulinés, y perlés finos o carretes.
El bordado que se identifica con España es el llamado de Lagartera, un pueblecito donde se ha conservado la tradición hasta nuestros días. Las muchachas iniciaban la ejecución de su ajuar en la más tierna infancia.
Las telas usadas como base eran el lienzo casero hecho en telares manuales con fibra de lino.
Las niñas comenzaban su aprendizaje del bordado haciendo un dechado, muestrario de motivos que les servían de guía para la composición de las piezas que bordaban. De esta manera perduraban los motivos tradicionales enriquecidos con las variantes que se producían al repetirlos, adaptándose al espacio disponible.
Recuperarlos ha sido un auténtico placer. Los puntos empleados son básicamente pespunte y al pasado; normalmente los motivos son monocromos, algunos llevan dos o tres colores, pero dentro de la misma gama.
Los motivos son de tipo geométrico o floral muy sencillos. La gran riqueza de este bordado se consigue por la repetición de los motivos formando grecas que alternan con franjas de deshilados
Las franjas de deshilado son rectangulares, rematadas en los bordes con el punto de novia, y los rellenos presentan dos técnicas de ejecución:
una es muy parecida a la que se usa actualmente, sacando hilos en dos direcciones y sujetando todos los pilares con tres pasadas de hilo. Sobre estas pasadas se hace el dibujo, geométrico o vegetal, con punto de espíritu.
Actualmente se hacen dos pasadas sobre los pilares, dejando libres los que llevan el dibujo a punto de espíritu; así se consiguen dos texturas, lo que se acentúa con el uso de un hilo de color para las pasadas, mientras que el punto de espíritu suele hacerse con el mismo color de la tela. Esto da un dibujo en negativo muy efectista.
Utilizando un único color, simplemente con la dirección de las puntadas se crea un efecto de bicromía muy delicado, parecido al que se consigue en las piezas de bordado noruego.
Los motivos de estos dechados no se utilizan ya en los bordados que se hacen en las piezas actuales.
Conservo una mantelería de bordado lagarterano de mi madre, del año 1949 aproximadamente, donde todo el dibujo está hecho con deshilado bicolor, formando rosas.
Eso es lo que se hace ahora, con algún pequeño motivo suelto bordado al pasado.
En Lagartera se ha creado un museo del bordado que tiene una página web con la siguiente dirección http://www.lagartera.es/centraborda.htm,
Fuentes: http://viversan.com/historia/bordado1.htmhttp://elrepulgo.blogspot.com.es/p/bordados.html