Historia de un despertar… y el deseo de volver a dormir.
“Cerrados los ojos el universo es más pequeño,
solo tú y yo existimos en este brevísimo momento”
El tiempo pasa lentamente ante nosotros,
o al menos eso parece entre nuestros sueños,
fuera de ellos la mañana llega rápido,
un nuevo día despierta al abrir los ojos.
La calidez de tú abrazo fue…
solamente la sabana que me envuelve,
y tú voz la melodía en la radio
que me sirve como despertador.
Tu silueta se ha disuelto ya
entre estas cortinas cerradas
por las que muy pronto
se filtrará de nuevo la luz del sol.
Busco tu aroma en el viento sin poder encontrarlo,
quizás se ha extraviado entre el aroma de las flores,
sí, ese que el viento trae siempre a través de la ventana.
“Como desearía que fueses tú y no el viento quien la atravesara”
Entre estas cuatro paredes y aquí tendido sobre mí cama
solo quisiera que ese sueño jamás se hubiera terminado.
Me quedo quieto sobre mí lado de la cama
observando la infinita vacuidad de esta misma
sin tu cabeza recostada sobre la almohada.
“Mí corazón te añora no solo en sueños,
sino también en su vida diaria.”
Pasan lentamente algunos minutos que se burlan de mí
mientras yo finjo solamente para molestarlos,
que tú estas aquí (siempre a mí lado),
así pues me reclino y doy un beso al aire.
Hora de ponerse en pie y continuar.
Un día más en esta vida…
y yo preferiría estar dormido,
porque es solo así soñando
como puedo por ahora tenerte a mí lado.
“Cerrados los ojos el universo es más pequeño,
y es así como solo existimos tú y yo,
no en la historia de un despertar
sino en la historia de un brevísimo sueño”