Historia de una imparable ascensión

Por Trotacamino

Escalando El Yelmo -La Pedriza

Palabras y huellas en el camino, un legado aún por decidir. Estas son las dos vías que elegí en la vida. Mientras que la cabeza me sitúa en la comunicación, el corazón me traslada a la montaña. Lucho por hallar la manera de que estas dos vertientes convivan día a día, pues no podría realizarme como persona sin cubrir ambas pasiones en su totalidad.

Más pronto que tarde tendrá lugar la frenética batalla entre estos titanes que me gobiernan. ¿Deberé decantarme por el vencedor y desterrar al rival más débil? Difícil decisión. He de confesar que me hallaba perdida en un espeso bosque donde no habitaba luz en él.

Sin embargo hace unos días tropecé…

Bosques de Noruega

Una piedra me susurró al oído… “sólo la oscuridad más absoluta te permitirá ver infinidad de estrellas”. Maravillosas palabras llenas de color y poesía.

Efectivamente, cuando me sumergí en la profundidad abisal, mis ojos empezarón a tener luz propia, iluminando un sinfín de opciones hasta ahora ocultas para mí.

Mis pies, eternos peregrinos de aventuras, decidieron  trepar el risco más escarpado para dar con la puerta que hacía cumbre.

Según la abrí, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo. Me sentí pletórica, llena de energía, viva y con unas intensas ganas de brincar. ¿Qué debía hacer ahora?

Escalando-La Raja-

Una fuerte necesidad de contar mi aventura se apoderó de mí. Fue ahí cuando me percaté de que dicha felicidad sólo tendría verdadera autenticidad en el momento que la compartiera. ¡Esa era la clave!

Debía vivir intensamente mis aventuras, mis expediciones a la montaña y regalárselas al mundo. De esa manera, las personas que quisieran escucharme podrían, por unos instantes, viajar en sus mentes y sentirse partícipe de ellas.

Quise comprobar la efectividad de mi nuevo método y publiqué un breve fragmento narrando unos instantes de una escalada clásica que realizamos hace poco en la Sierra de Madrid. Decía así:

“…He soñado con las estrellas… Con una roca bañada por un pellizco de luna, con el 8 que me regaló Paco , ardiendo por la travesía de la cuerda, con el canto metálico de mis cintas express bailando en la cintura. Viendo la noche venir, sonríe la espesura. La oscuridad me impide ver el camino, pero confío en mis gatos. Atrapando los sonidos de la noche, quedo desnuda en su naturaleza, fundiéndome en su miel… Trenzando una aventura inmejorable. Aúllo. Sonrío.”

No importa la retórica, lo esencial es la magia que despiertan estas palabras. Seas quien seas, por unos segundos abandonas tu rutina, te enfundas unos gatos y comienzas a segregar un cóctel de endorfinas y adrenalina.  Aquellos que me leen son los que me  motivan a continuar hacia adelante. Quieren viajar, saber cómo terminará su aventura.

Escalando en Marruecos

El colmo de las casualidades es… que hace unos días tuve el privilegio de leer en un periódico de tirada nacional, una entrevista que un compañero periodista había realizado al inigualable montañero César Pérez de Tudela. Que gratificante ha sido hallar en sus palabras respuestas a mis preguntas. “Un explorador de la vida”, pionero en acercar la montaña a millones de personas, además de periodista, abogado, escritor y sobre todo excelente comunicador. Un histórico del alpinismo, que hoy mismo ha ascendido un peldaño más dentro de mis referentes.

César Pérez de Tudela

Él supo encontrar las chapas, los hitos en su carrera profesional y eso le condujo a experimentar todo tipo de éxitos y fracasos que le han configurado como persona. ¡Un aventurero como la copa de un pino! Alegremente leo sus proezas, pero voy más allá. Me adentro en sus expediciones; en sus interminables caminatas, en sus torturados pies, en los momentos de frío, hambre y cansancio.En la sensación que aflora cuando se amanece en un lugar perdido entre las montañas; en su cabeza siempre animando para dar un paso más… Sin duda, una soberbia colección de momentos sólo aptos para aquellos exploradores de las emociones humanas.

Porque uno se siente más vivo cuando entra en contacto con la naturaleza y le ofrece todo cuanto tiene, empezando por el amor y terminando por el miedo. Sin embargo la “madre naturaleza” es sabia y no regala sus mieles a cualquiera, por eso nos pone a prueba en situaciones límite donde el valor y la persistencia son fundamentales.

Cuán gratificante es desnudarse ante ella en cuerpo y alma y mostrarse fuerte… ¡La recompensa es inmensa!

Glaciar Nigardsbreen -Noruega-

César Pérez de Tudela ejemplifica al detalle mis palabras, es más, simpatiza involuntariamente con mi situación actual. Aparte de ser un admirable alpinista ejerce como comunicador. Ha conseguido el equilibrio entre sus dos pasiones, tal como yo estoy empezando hacer. En la lejanía me siento tremendamente cercana a él y es lo que necesito para seguir ascendiendo mi propio ocho mil.

Cuéntamelo César. Desde aquí te animo a que sigas inspirando con tus andanzas a los jóvenes montañeros del mañana, quizás en alguna ocasión compartamos camino. Nada me gustaría más.

Autor: Alba Sánchez

Enlaces: http://www.cesarperezdetudela.com/

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