Historia de una resistencia

Por Alchavida

Confieso que cuando vi el vídeo en el que Bosco narra su secuestro quedé muy impresionado por su categoría humana y sobrenatural. Pero no soy el único. Su historia ha llenado de asombro a auditorios de todo el mundo. Ahora también pasará a la historia de la literatura épica gracias a 257 días. Bosco: la historia real de un hombre que no se dejó vencer por el miedo (José Pedro Manglano, Planeta, 2012)
En México la mayoría de los secuestros no duran más de una semana. pero Bosco Gutiérrez, un renombrado arquitecto de D. F., vive casi trescientos días encerrado en una habitación de tres metros de largo por uno de ancho sin saber si su familia podrá negociar su salida. Será en ese espacio diminuto y privado de todo lo que creía importante donde este hombre aprenderá a llevar las riendas de su vida y descubrirá la verdadera libertad. Los primeros días se deja ir, sucumbe a la desesperación y decide no hacer nada. Apenas come, no se lava, ni siquiera se mueve del rincón donde se ha dejado caer.
Durante cuatro meses de cautiverio vivió la desnudez radical. Y desde que decidió contar su historia, también vive una desnudez biográfica. Ya en libertad, Bosco Gutiérrez siguió ejerciendo de arquitecto. Diez años después de recuperar la libertad comenzó a dar conferencias por el mundo relatando su secuestro.
De todo el relato, reconozco que la secuencia del whisky es mi favorita. Para celebrar el día de la independencia de México, sus secuestradores le conceden un deseo y él pide un whisky. Se le hace la boca agua de pensarlo. Le llevan un vaso lleno hasta el borde y él lo mira con entusiasmo. Mientras se regodea pensando cómo lo va a degustar, la voz de su conciencia, que es donde Dios le habla, le dice que se lo ofrezca. ¿No es su?ciente su secuestro? ¿Tiene que renunciar también a ese placer que quizá sea el único en días? No parece justo. Éste es el punto de in?exión; es cuando cambia la desesperación por la construcción de su hogar interior. Bosco se da cuenta de que tiene algo que ofrecer y por tanto se hace dueño de su propio destino. 
Esta es la síntesis de su historia. Bosco fue secuestrado en 1990 por una banda terrorista internacional. Permaneció 9 meses confinado en un zulo de un metro de ancho por tres de largo, bajo la supervisión constante a través de cámara de vídeo. Durante cuatro meses permaneció desnudo y las 24 horas aturdido por una cinta de música. A lo largo del cautiverio apenas tuvo un colchón, una palangana de agua, una Biblia, un libro en préstamo y algún papel.
En aquel entonces era padre de cinco hijos (hoy nueve). Su familia hacía gestiones para el pago del rescate, mientras Bosco esperaba absolutamente aislado. Durante los primeros días el reo se derrumbó y permaneció tumbado sin comer ni beber. Pero, en un momento dado, sufrió una conversión interior que le marcó profundamente y le llevó a desarrollar una metodología de supervivencia. Dios intervino de un modo fascinante. Los secuestradores nunca se comunicaron verbalmente con él (sólo por escrito). Finalmente, tras 257 días encerrado, en un descuido de sus guardianes, logró escaparse.
Aquí dejo el primer vídeo de los siete que componen la historia total.