La Segunda Guerra Mundial privó al Mundial de Brasil de algunas de las
selecciones más importantes de Europa, que renunciaron a participar
debido a problemas económicos y al bajo nivel que tenían sus equipos en
ese momento a causa de los años de conflicto bélico. El torneo recibió
otro duro golpe cuando Argentina se negó a disputarlo debido a las
diferencias que mantenía con la Confederación Brasileña.