Historita estúpida de la literatura
Ya vienen los reyes por aquel camino y le traen al niño sopitas de vino.
Aquí la memez ya ofende, por varias razones. No hay que dar alcohol a los niños, pero mucho menos en sopa. Seguro que su madre le podría haber hecho una sopa mejor que la que le trajeran los reyes, hecha vaya usted a saber cuándo, en medio del desierto. Y que le llegaría fría. Una verdadera porquería, vamos. Y el niño se la tendría que tomar para no ofenderles.
Fragmento de Historia estúpida de la literatura de Enrique Gallud Jardiel
Hace meses me llegó el e-mail de un escritor que me ofrecía su última novela, una en la que no se contaba una historia, sino en la que se le otorgaba al lector una vuelta de tuerca, un revulsivo, una nueva forma de ver y leer la literatura.
A modo de la más mordaz e inteligente de las sátiras, Enrique Gallud Jardiel (si pincháis en su nombre podréis leer la entrevista que nos concedió) en su libro Historia estúpida de la literatura , le pega un buen repaso a los grandes autores y a sus obras, arremete contra todos los géneros y no deja títere con cabeza. Con un gran bagaje académico y literario, el nieto de Enrique Jardiel Poncela, desmitifica a muchos escritores cuyas obras son hoy día el orgullo de nuestra nación.Denuncia el inmerecido prestigio de ciertos escritores y sus obras, frente a la genialidad literaria ignorada por la mayoría de otros que no tuvieron tanta suerte, se mete con los elitismos de los académicos y expone las ridiculeces, en prosa o en verso, cometidas por aquellos en teoría tan ilustres. Aunque admirador de muchos escritores a los que critica, no deja que esto nuble su juicio ni altere su opinión sincera sobre aspectos que, yo misma sin saber tanto como sabe él de literatura, he podido comprobar como lectora.
Es un libro que debería encontrarse en las estanterías de todos aquellos que deseen, no solo disfrutar de una lectura inteligente y de calidad, sino que quieran saber más sobre la historia de la literatura y sobre su propia cultura. Enrique Gallud Jardiel presta especial atención a la literatura con mayúsculas pero también dedica su propio espacio a la cultura popular, a través del análisis de villancicos y demás textos de carácter más mundano.
Estoy convencida de que habría muchas más personas lectoras en nuestra país si los programas educativos de los profesores de lengua no se empeñasen en atiborrar a los jóvenes de colegio e instituto con clásicos soporíferos y dificultosos de leer y, muchas veces, hasta de entender. Durante mi propio paso por todos esos cursos de lengua, que agradezco haber dejado atrás, he tenido que leer muchos libros de autores de otros siglos adaptados, sino más bien traducidos, por la imposibilidad de entenderlos hoy en el castellano de su tiempo. Sus tramas siempre me resultaron pobres y decadentes, pero afortunadamente yo ya había leído otros escritores que si merecían convertirse en clásicos, impidiendo que tan malas experiencias me hicieran perderme un hábito tan gratificante como es la lectura.
Volviendo a Historia estúpida de la literatura solo cabe decir que de estúpida tiene poco, que es inteligente, atrevida, sumamente divertida, reflexiva y extremadamente recomendable.
Muchas gracias Enrique por permitir leer tu obra, que no sé si se convertirá en un clásico, pero que espero tenga mucho éxito.
Autor: Enrique Gallud Jardiel Editorial: Editorial RenacimientoColección: Espuela de Plata. Los Humoristas.Género: ficción, humorAño: 2014ISBN: 978-84-15177-99-9Formato: papel / ebook 15x21 cmPáginas: 216Precio: 15,20 €Argumento: Esta Historia de la literatura no es en absoluto más estúpida que otras muchas reputadas que hay por ahí. Pero sí es bastante más cómica, pues incluye artículos burlescos sobre literatura, versos imitativos, falsas reseñas de libros, textos apócrifos, parodias teatrales, burla de los talleres de escritura y otras cosas sorprendentes. El libro pone en solfa a los autores pelmazos, a los libros infumables, a los clásicos soporíferos, a la preceptiva académica, a los estudios pedantes, a las investigaciones absurdas y a otros aspectos de ese negocio del que comen los libreros y al que muchos se empeñan tontamente en definir como arte literario.COMPRAR