En mayo del año pasado pisábamos por primera vez Hann. Muchos ni lo sabíamos, pero no nos querríamos marchar nunca de allí. Lo hacíamos al lado de un desconocido Ferran Varela en la antología El viento soñador y otros relatos (Sportula, 2018), coordinada por Mariano Villareal, con el relato Las cadenas de la casa de Hadén. Luego, en abril de este mismo año, conoceríamos a Mezen el Ariete en El arcano y el jilguero (Ediciones El Transbordador, 2019), uno de los bombazos editoriales de este año y una de mis mejores lecturas. Ahí pisamos un poco más del vasto mundo de Hann. Localizaciones, leyendas, criaturas y folklore que rodeaban la historia de un hipnótico personaje. Todos queríamos más. Volvimos con Siete cartas, un pequeño relato (disponible en pago social) sobre la venganza. Pero el hambre de Hann seguía siendo insaciable.
Llego casi el final de año y con él, la sorpresa. Volvemos a Hann con cuatro pequeñas historias independientes. Por que eso es exactamente este Historias de Hann. Cuatro perlas. Cuatro historias ambientadas en el mismo mundo, con algunos guiños a lo que ya conocemos, pero aportando mucho más. Cuatro textos donde Ferran deja claro, una vez más, que tiene mucho que aportar al fantástico nacional. Cuatro relatos donde el autor barcelonés se atreve a jugar con su mundo y experimentar un poco más con el formato corto. Cuatro historias donde poder ser hipnotizado de nuevo ante la prosa monologada con aire de cuento que tanto nos encandilo a los lectores de El arcano y el jilguero.
¿Recordáis a los guardianes de secretos? Si, esas figuras que funcionaban como confesionarios errantes. Esos hombres sin lengua que escuchan tus pecados y se los llevan a la tumba a cambio de darle alimento, salud o un lugar para dormir. Sin embargo, el protagonista de El guardián de secretos es diferente. En concreto, está bastante harto de todo. Solo usa su función como tapadera para sobrevivir. Él quiere poder leer y escribir. Pero su orden se lo prohíbe. Hace años que vive errante, recibiendo pecados y crímenes en sus oídos. Pero ya no. Solo cuando le interesa, o lo pillan donde no debe. Como en esta ocasión, donde se ve obligado a visitar la casa de un aristócrata cuando intentaba escribir un glifo. Una historia que busca evocar la picaresca medieval de enredos con un personaje de lo más cínico y elocuente. Vamos un hijo de su madre en toda regla.
Y de mendigos pasamos a reyes. Recordemos que hubo un momento en que Hann fue conquistada por el Emperador Thien Seedven. Y a su paso, muchas familias y reyes tuvieron que rendir pleitesía, pagando altos tributos y dejando pobres a sus pueblos. Es el caso de nuestro protagonista en Las llamas serán tu corona. Un rey ve su reino arder mientras el populacho se alza en revolución por la precaria situación económica en que se encuentran, repleta de hambruna y pagos al Gobierno. Son estas las reflexiones de un rey en primera persona, tanto sobre el Estado como la carga interior que supone tomar las decisiones que satisfagan a una gran masa de población.
"Tal vez no exista en este mundo el blanco y el negro, sino que la vida sea un océano de distintos tonos de gris sobre el que debemos navegar."
La nota emotiva la pone Polvo de hadas. Dos sacerdotes vuelven de una expedición a tierras paganas con un carromato lleno de figuras para vender. Figuras con polvo de hadas y el propósito de una vida nueva bajo el brazo. Pero no será así. El viaje de vuelta traerá viejos recuerdos sobre el pasado de Nem que harán temblar los cimientos de su vida. Ferrán habla del duro mundo de la drogadicción y de lo casi imposible que resulta salir de ese infierno personal. A la vez, de cómo traicionamos nuestros principios cuando nos parece y giramos la cara ante el mundo cuando no queremos ver. Ojos que no ven, corazón que no siente. Una historia de amor y redención.
Y este pequeño viaje por Hann termina con toda una ficción metanarrativa que funciona como homenaje al oficio de contar historias y el origen compartido de las mismas. El arte del cuentacuentos es la triste historia -y mi favorita- que nos desvela el origen del famoso escritor Hohedn Plumazul. Una historia llena de lecciones para escritores, y de mensajes para lectores. La historia más experimental del volumen, y a la vez, la que más guiños y referencias esconde para todos los lectores de El arcano y el jilguero. Un final completamente a la altura.