Hoy recopilamos varias historias que nos llegan sobre un tipo de joya de plata que nos tiene enamoradas… los Llamadores de Ángeles.
Como sabéis, nuestra pasión por las joyas viene acompañada por la creación de historias y experiencias que surgen alrededor de ellas que son las auténticas responsables de darles un valor, y no económico precisamente. El valor que representa para cada uno de nosotros y que las hace únicas e irreemplazables.
Ayer reflexionábamos en facebook sobre los distintos nombres que tienen estas pequeñas joyas esféricas y… ¿quién te regaló el tuyo? Nos llegaron respuestas tan emotivas como estas:
NURIA: A mi hermana le regalaron uno cuando estaba embarazada (lo llamaba llamador de maternidad) y siempre me gustó. Cuando falleció mi madre, las primeras Navidades me regaló uno y por supuesto, para mi es un llamador de “mi” ángel…
CONCEPCIÓN: Yo conservo uno que me regalaron cuando nací, luego mi chico me regaló uno parecido a este. Cuando me lo pongo mi hija pequeña me pregunta… mami, ¿ya te has puesto el cencerro?…… ainssss estos hijos de hoy
PAULA: Me lo regalaron mis hijas, y es precioso. Yo lo llamo Llamador de ángeles!
Y otro historia muy bonita que todavía está por suceder es la que me contaba Rebeca la semana pasada cuando le preparamos un encargo de dos llamadores de ángeles como los que veis en la foto.
Son un regalo para dos amigas que están embarazadas. La intención que llevan es que los bebés que todavía están dentro de la tripita de mami se acostumbren al sonido armonioso de la bola de maternidad para que sean capaces de reconocerlo cuando nazcan. Las amigas que regalan quieren que las niñas lo lleven siempre con ellas y que en un futuro, cuando ellas tengan hijos, puedan entregárselo como una joya con historia, la suya propia.
Gracias a todas por compartir vuestras historias con nosotros.
¡Abrazo fuerte!