Gracias a uno de los muchos sorteos que Carmen organiza en su blog tuve la suerte de ganar este libro de relatos o, como bien especifica su título, Historias de un pueblo andaluz del escritor zujareño Antonio Medina Guevara.
No soy muy dada a los relatos pero, tal vez porque lo leí antes de viajar a Andalucía o porque el estilo es sencillo y en ocasiones poético, tengo que reconocer que las cinco historias que nos narra el autor me han gustado.
En la primera de ellas, Historias y cuentos de la villa de Zújar, se nos advierte de que lo que vamos a leer no es verídico pero bien podría serlo porque son historias que han podido pasar en cualquier pueblo de España. Narrada en primera persona se nos habla de Zújar, de sus gentes y de cómo algunos parroquianos emigraron a otras zonas o países en los años sesenta, de lo vacías que se quedaron sus calles pero también de las divertidas anécdotas de los lugareños, como Manolito, un muchacho no tan listo como los demás pero que se convierte en la envidia de todos por su descomunal miembro o del descubrimiento de un antiguo manuscrito encontrado en las paredes de una casa durante unas obras.
El nogal y la fuente de las doncellas es un cuento basado en una idea de las mil y una noches donde un niño escucha la historia que le cuenta un viejo sobre el árbol al que le gusta trepar y de como fue parada obligatoria para todo aquel que iba en busca de una persona desaparecida. Le cuenta que un día llegó un joven a caballo en busca de una doncella, cautiva por el embrujo de la fuente, y de cómo éste tuvo que seguir a una bola de granito y escalar una cima sin hacer caso a las voces que escuchaba en su caminos ni girarse para mirar atrás si quería encontrar a la doncella pero ¿hizo caso el joven a los consejos del viejo? ¿Se giró a mirar atrás o finalmente encontró lo que buscaba?
La tercera, aunque la más cortita de todas, es mi preferida de las cinco historias que nos narra Antonio porque nos da una versión idílica de cómo se forman las estrellas fugaces y de por qué brillan las luciérnagas en la noche. Tras leerla, estoy segura de miraré de otro modo el cielo cuando vea pasa una estrella fugaz.
Una de las imágenes que aparecen en el libro
El último relato no tiene título pero es la historia de Antonio, Marina y Joaquín, tres amigos desde la infancia que un día juran, con esa solemnidad que solo el barro y la saliva pueden dar a los juramentos de la niñez, que Antonio y Joaquín serán los maridos de Marina. Pasado el tiempo, Marina se casa con uno de los dos amigos pero ¿con cuál de los dos?
Como os decía, no soy muy dada a leer relatos porque, si me gustan, suelo quedarme con ganas de más y me da bastante rabia. Sin embargo, con estos relatos esa sensación sólo la he tenido con el último de ellos ya quehay cuestiones que se quedan sin respuesta pero es que, como se nos dice al comienzo, es el avance de una nueva novela.
Historias de un pueblo andaluz me ha gustado porque ha sido una lectura amena, con un lenguaje sencillo aunque con esas expresiones y palabras del sur que, a quien no las he escuchado nunca se le hacen extrañas, pero por eso hay un pequeño vocabulario en las primeras páginas.
Ha sido una lectura agradable, no solo por la forma de escribir del autor, sino también por el tamaño de la letra, las imágenes de Zújar, los amplios márgenes y los generosos espacios entre los párrafos que, como lectora, agradezco muchísimo.
La única pega que veo son las pequeñas faltas, sobre todo de puntuación, que una revisión podría haber evitado y que desluce un poco el conjunto. Por lo demás, es un libro entretenido, con descripciones muy visuales y cuyas historias pueden despertar recuerdos en el lector, especialmente la primera de ellas.
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