“La Organización Negra ensayaba en Cemento cinco horas por día y no paraba. La versátil Vivi Tellas animaba sus experimentos dramático-musicales… Los ricoteros llegaron en multitud a descubrir el nuevo templo rockero y Sumo hizo cuatro shows en el lugar.” Recuerda Fernando Noy, en su libro Historias del Under (2015, Reservoir Books de Penguin Random House). Y cuenta también que, por ejemplo, mientras Claudio Caldini rompía televisores a cascotazos, se llevaba a cabo, sin que nadie se inmutara, un número del Clú del Clan. O Katja Aleman entraba desnuda sobre un carro tirado por un caballo.
Alfonsín vaticinó meses muy difíciles: en rigurosos blanco, gris y negro de esos que dejan los dedos manchados de tinta, el título principal de Clarín del viernes 12 de abril de 1985 augura presagios oscuros justo en la bisagra de la década. A la derecha, una viñeta anuncia la caída de un avión en Salta y el secuestro del empresario Enrique Pescarmona. En la tapa, un pelilargo Juan Carlos Baglietto posa con un frac y patenta el fenómeno de la “movida rosarina”. En plena devoción tanguera de padres y abuelos por Radio Rivadavia, irrumpe la alteradísima FM Rock & Pop; y abren sus puertas los templos indiscutidos del under: Cemento, el Parakultural, Babilonia.
“Hay que salir del agujero interior”, arenga el grupo Virus, “Largar la piña en otra dirección”.
La primavera alfonsinista alienta un renacer festivo que se resume en un bazar de géneros en colores flúo: tecno pop, trash metal, after punk… En los 80 vuelven la fiesta, “matan mil” los jeans nevados y el pulso hedonista del under decreta amor libre para todos.
En aquel 1985 seminal, nobleza obliga a tatuarse en la Galería Churba de Cabildo y Juramento (cuando “Churba” todavía no es sinónimo de vestidos con escamas de pez que se venden en el Japón por cientos de yenes), pierden el aliento en el Matter Horn del Ital-Park y descubren a Sumo, que en el título de su disco debut resume un humor colectivo: Divididos por la felicidad.
Así exprime su nostalgia Noy, en este testimonio atrapante que vuela sin escalas a los ’80, junto a Batato, las Bay Biscuits, Alejandro Urdapilleta y otros tantos protagonistas que fueron Cerdos y Peces, que iluminaron las calles del Abasto o se vistieron de reinas en El Parakultural. Hay excepciones a la regla, pero en este caso quizás sí aplica el refrán: “todo tiempo pasado fue mejor.”
María Molina
- Historias del Under
- Fernando Noy
- Reservoir books (Penguin Random House)
- Año 2015
- 176 páginas
- ISBN 9789873818035