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Historias fantasmagoricas de Hollywood – La maldición de la araña

Publicado el 31 octubre 2013 por Maresssss @cineyear
in CineMAD / by Cesar Del Campo De Acuña / on October 31, 2013 at 11:02 am /

CineMAD…por  César del Campo de Acuña.

Resulta cuando menos curioso comprobar como una malévola mano parece cernirse sobre el icónico cartel de Hollywoodland y muchos de los que trabajan a su sombra. Producciones malditas, casas embrujadas y crímenes sin resolver llaman ferozmente a la puerta de las leyendas urbanas mientras se extienden como un reguero de pólvora por ser protagonizadas por algunos de los rostros más famosos de la historia del cine. A la mente me vienen cintas condenadas como Poltergeist  (Tobe Hooper – 1982), El Exorcista (William Friedkin – 1973) o casos singulares como la casa embrujada de Jean Harlow o las apariciones de los fantasmas de Marilyn Monroe y Montgomery Clift en el famoso Hollywood Roosevelt Hotel (concretamente en las habitaciones 229 y 928 respectivamente) pero si hay una historia que me llama poderosamente la atención es la que envuelve a Rebelde sin causa (Nicholas Ray – 1955) y a su protagonista, James Dean.

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James Dean junto a su Porsche Spyder 550.

La maldición de la araña

La última cinta protagonizada por James Dean, tras su estreno comenzó, a reclamar un pago en forma de muertes violentas y separadas entre si por décadas. La primera victima fue el propio James Dean, que al poco tiempo de ver como su tercera película llegaba a los cines fallecía tras estrellarse con su coche, un rarísimo Porsche Spider 550 de color plateado del que solo se habían fabricado 90 unidades y al que el actor llamo “Little Bastard”.  Algunos amigos del intérprete le dijeron que aquel coche tenía “algo”… “había algo en el” y tenían razón ya que aquella araña plateada siguió matando o hiriendo a cuantos se acercaron a ella o sus restos.

Tras la tragedia, el diseñador de coches a medida George Barris (creador del coche del Batmobile aparecido en la serie de los años 60) compro los restos del Porsche Spider de James Dean por 2.500 dólares. Cuando los despojos del coche llegaron a los talleres de Barris, estos resbalaron cayendo sobre uno de los mecánicos que estaban descargándolo. El accidente tan solo se saldo con la rotura de las dos piernas del pobre operario y aunque nadie presto atención a aquella noticia la coincidencia comenzaba a ser sospechosa y Barris comenzó a tener aun peores sensaciones de las que tuvo cuando vio por primera vez los restos.

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George Barris junto a su creación automovilistica más famosa, el Batmobil.

Poco después de aquel suceso el 24 de octubre de 1956, durante una carrera en Pomona, la araña plateada volvió a picar. En esta ocasión dos piezas de el “Little Bastard” estaban montadas en dos vehículos diferentes de los que tomaban parte en la competición. Troy McHenry piloto de uno de los dos coches falleció cuando su automóvil, el cual tenía instalado el motor del coche de Dean, dejo de responder y lo precipito a estrellarse contra un árbol. Por otro lado William Eschrid sufrió graves lesiones cuando su coche dio varias vueltas de campana. Eschrid tras el accidente declaro que el vehiculo se quedo bloqueado de repente en mitad de una curva.

La influencia malévola del coche no se detuvo ahí. Al poco tiempo un chico que se coló en el taller de Barris con el objetivo de robar el volante del Porsche Spider perdió el brazo cuando al huir del lugar de los hechos resbalo y callo sobre una maquina en marcha que le cerceno la extremidad. No mucho después Barris vendió a regañadientes dos de las ruedas restauradas del automóvil. Una semana después el hombre al que le vendió los neumáticos estuvo apunto de fallecer en un accidente cuando las dos ruedas estallaron de manera simultanea.

el infame Porsche Spyder 550 de James Dean en una exposición.

el infame Porsche Spyder 550 de James Dean en una exposición.

Pensando que lo más sensato era alejarse de aquellos restos, Barris cedió los despojos del coche a la patrulla de autopistas de California para una gira didáctica en la que se pretendían mostrar la importancia de la seguridad al volante. A los pocos días, el almacén donde la policía guardo lo que quedaba del coche de Dean ardió hasta los cimientos destruyendo todos los vehículos que allí había estacionados a excepción de el “Little Bastard”. Pero los accidentes no terminaron ahí.

Durante una exposición en Sacramento los restos del Porsche Spider cayeron sobre un adolescente partiéndole la cadera. Tras la muestra George Barkuis, el encargado de transportar el “Little Bastard” falleció tras ser aplastado por el amasijo de hierros que fue el coche de Dean. Lo sobrecogedor es que Barkuis sobrevivió al accidente que tuvo con su camión pero fue “asesinado” por su carga.

Los incidentes continuaron hasta que en 1960, tras una exposición en Miami sobre seguridad vial los restos del Porsche Spider de James Dean desaparecieron para siempre en su viaje de vuela a Los Angeles.

Instantanea tomada el día del accidente mortal de James Dean.

Instantanea tomada el día del accidente mortal de James Dean.

La muerte acecha

Puede que aquello que aquello que “había” en el coche esperara una década para ir a por el resto del reparto del clásico de Nicholas Ray. No es hasta 1968 que otro de los integrantes del reparto de Rebelde sin causa fallece. Nick Adams, Chick en la última película de Dean, fallecía de una sobredosis en 1968 a los 36 años de edad en Beverly Hills, California. Vicios y casualidades…puede ser.

Sal Mineo (John ‘Plato’ Crawford en Rebelde sin causa) ocho años después de la muerte de Adams, fue asesinado de una puñalada en el corazón la tarde del 12 de febrero de 1976 por un repartidor de pizzas con amplio historial delictivo al que no había visto jamás. Un crimen violento más en la ciudad de Los Ángeles.

Pero la maldición no se detuvo ahí. Cinco años después del asesinato de Mineo, Natalie Wood (Judy en Rebelde sin causa) se ahogo cuando se precipito de su yate, llamado The Splendor en honor a la película que la consolidó como actriz (Esplendor en la hierba de Elia Kazan), mientras la nave estaba fondeaba frente a la isla de Catalina, cerca de Los Ángeles. Una muerte extraña y prematura que sobrecogió al Hollywood de principios de los años 80.

Hijo de la casualidad

Aunque ninguna de las muertes y desgracias tuvieran relación entre si, la fantasmagórica leyenda de Rebelde sin causa es una de las más curiosas y diferentes leyendas urbanas que sacuden los cimientos de Hollywood. Coincidencia…superstición…casualidad… ¿Quién sabe? Puede que aquello que vieron algunos amigos de James Dean en exclusivo bólido plateado siga esperando en algún rincón o puede que todo fuera fruto del azar.

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