Historias increibles de la gente de antes

Publicado el 08 septiembre 2019 por Carlosgu82

 
LA  PROMESA  DE  LOS  COMPADRES
 

Hace  mucho  decía  mi abuelo  sosteniendo  un puro  en su mano  derecha y una  taza de café  en su mano izquierda, habían dos  compadres  que  eran  como  hermanos,  el  tiempo y el  lugar  ya  se  olvidaron  y  es que  esta  historia  es  tan  vieja,  que  ni  siquiera  mi  padre  había  nacido, pues  decía el  estos  dos  señores  eran fanáticos  de  andar  en los casamientos y los  velorios, de  repente  con guitarra  en mano  se ponían a  cantar  aquellas  canciones  que  eran comunes  en esos  tiempos.

En el  velorio  de  Don Simon,  estaban  todos  llorando  ya  que  el  que había  fallecido  en vida  era un  hombre  generoso, ayudaba a los que llegaban a  pedir  comida o  si les  agarraba la  noche  les  daban posada,  no le  gustaban los  desordenes así es que  cualquiera  que  requiriera la  bondad, tenia  que  ser bajo las  reglas del finado.  Les  había  levantado sus casas  a las  señoras  que  se habían quedado solas y no tenían quien por ellas ni  donde  vivir, les  daba  la provisión cada  mes de  alimentos, como  el  ganado  daba  buena leche  era  una  obligación de que antes de  vender primera  se les proveyera  a las necesitadas. aunque  no era  católico  ayudaba  en la  construcción de  espacios  para los  niños  en la  catequesis.

En la  cortas  de  cafetales  que  comenzaban en diciembre  se hacia  una  fiesta  para  todos  los  cortadores, familias  completas llegaban a  realizar  la  labor, antes  de  comenzar se hacia  fiesta  y al terminar también.  Muchas  familias  salían bien alivianadas  con su dinerito producto de  la corta, lo  que  les  permitía  poder  hacer  sus  cositas  en sus casas.  Pues  los  compadres estaban bien a pichinga  en el  velorio y a uno de ellos  se le salio en su borrachera decir  que  el  difunto era  un mañoso. La  gente  al escuchar  esto expulsaron  a los  dos  compadres  por que  ya  su  sola presencia  era  ofensiva.

Los  compadres  caminaron por toda  la  calle principal hasta llegar  al  calvario y descendieron por la borrascosa calle  que desafortunadamente pasaba por el cementerio, ya  se habían oído  a gente  hablar  de  que  ahí  asustaban, que  se  veían sombras, que se oían lamentos. Los dos  compadres iban bien sonados  se habían tomado  cuatro botellas.  Cuando pasaban por inmediaciones uno  de ellos sintió  que le tocaron el hombro  y profirió  una  mala palabra, el otro compadre le insto a que no dijera  nada y que siguieran para  salir, ambos  sudaban helados, sentían una brisa paranormal en su espaldas, pero no se atrevían a mirar  atrás, a  uno de ellos  se le  reventó el  zapato, pero tanto era el miedo y el deseo ´por salir del cementerio  que lo dejo, sentían  que era interminable salir, y estaban mas  cansados, como  si de repente  se les  fuera haciendo mas pesado el cuerpo.

Cuando al fin lograron salir  atrás  se  escuchaba  una  risa, y ambos  estaban  con fiebre, en eso  se  les  atravezo  un gato  negro  y  dieron  un grito de miedo. Contaba  el abuelo  que desde  ese  día, no volvieron a  tomar, estaban muy sobrios  y ya  no se les veía en los  casorios y velaciones. de como terminaron sus días ellos, el abuelo no dijo nada… solo  quedo  el  recuerdo  de aquellos  que decían ser galleros, pero llegada la prueba fueron cobardes.

Atte

El Soñador Eterno