Un hombre de negocios tomaba unas vacaciones en un pequeño pueblo costero siguiendo las indicaciones de su médico. Sin poder dormir después de una llamada urgente de su oficina a primera hora de la mañana, salió a caminar por el embarcadero para poner en claro sus ideas. Un pescador estaba atando su pequeña embarcación en el muelle, dentro de ella, había varios pescados de buen tamaño. El hombre de negocios felicitó al pescador por sus habilidades de pesca.
-“¿Cuánto tiempo te llevó pescarlos?” le preguntó el hombre de negocios.
“Poco tiempo, alrededor de 2 horas” contestó el pescador.
“¿Por qué no se queda más tiempo en el mar y atrapa más peces?” Replicó el hombre de negocios intrigado.
“Pero… ¿ y qué hace el resto del día?” preguntó el alto ejecutivo.
El pescador miró al hombre de negocios y le contestó “Duermo hasta tarde, pesco otro poco, juego con mis hijos cuando vuelven de la escuela, tomo una siesta con mi mujer y después bajo al pueblo para ver a los amigos. La verdad es que tengo una vida bastante ocupada señor”.
El hombre de negocios sonrió y le comentró al pescador “Yo tengo un MBA de Harvard y puedo ayudarlo. Si me permite el consejo, debería aumentar sus horas de pesca de 2 a por lo menos 6 horas al día. En poco tiempo, con lo que gane, puede comprar una embarcación más grande, con suficiente capacidad para que le permita trabajar de 8 a 10 horas y traer aún más pescados. A este ritmo, seguramente no pasará mucho hasta que pueda comprar más embarcaciones y ¡tener su propia flota!”
Continuó: “En lugar de vender sus pescados a intermediarios, puede empezar a venderlos directamente al consumidor final, abriendo sus propias pescaderías, y eventualmente construyendo su propia cadena. Usted controlará el producto, todos los procesos intermedios y la comercialización, su empresa estará verticalmente integrada, aumentando aún más sus ganancias. Desde luego, ya no podrá vivir aquí, tendrá que mudarse a la ciudad de México en donde implementará mejor los planes de expansión para su empresa. Eventualmente, podrá mover el corporativo de su empresa a Los Ángeles, Miami o Nueva York para internacionalizarla”.
El pescador, un poco confundido con los términos, preguntó. “Pero Señor, ¿cuánto tiempo me llevará todo eso?” El alto ejecutivo contestó, “No mucho, yo estimo que unos 20 a 25 años máximo.”
“¿Y entonces que, señor?” preguntó el pescador. El hombre de negocios sonrió y dijo con un tono triunfalista, “Esa es la mejor parte. Entonces, cuando el tiempo sea el correcto, podrá hacer su empresa pública, vender sus acciones en la bolsa de valores y convertirse en un hombre muy rico. Ganará millones”
“¿Tanto dinero señor?, ¿y entonces qué?”
“Entonces se podrá retirar en un pequeño pueblo al lado del mar donde se respire tranquilidad, dormir hasta tarde, pescar durante el día, jugar con sus hijos, tomar una siesta con su mujer por las tardes y ver a sus amigos en las noches, tomar vino y tocar la guitarra…”