Luego de entrada Colombia en su etapa republicana la ciudad entraría en un largo período de estancamiento, debido a su pérdida de interés estratégico y comercial. Sin embargo, quizás eso, hizo que la modernidad le perdonara la vida a tamaña ciudad histórica. Es que la ciudad vieja de Cartagena es realmente extensa, al menos para la idea que llevaba conmigo y la experiencia que me dieron visitas a otras Ciudades similares, Antigua Guatemala, Paraty, en Brasil y mucho mas lejos Colonia, en Uruguay. La extensión hace que se necesite de tiempo y ganas de caminar, porque indudablemente la mejor forma de conocer Cartagena u otra ciudad cualquiera es recorriendo sus calles, sus plazas, a pie. Eso si, hay que saber soportar el calor y la humedad que nos ponen a prueba metro a metro.
Lo que me sorprende de Cartagena y su sector antiguo es la vida que tiene, más allá de que está perfectamente acondicionada para nosotros –los turistas- que en ningún momento se siente inseguridad, que la gente es extremadamente amable hasta el punto de que uno espere en algún momento sentirse decepcionado, por eso de la excepción que confirma la regla. La ciudad vive, los negocios no solo son para turistas, las oficinas públicas, los bancos, los bares, seguirían funcionando si mañana o en este preciso instante los alemanes, yanquis, argentinos, españoles, chilenos, franceses o de una nacionalidad cualquiera nos desmaterializáramos; dejando solo un recuerdo vago en los vendedores de souvenirs. La ciudad vive y no es poco.
Siguiendo las calles multicolores con las paredes de los mas diversos colores, enfrentando las plazas donde la gente espera, me rindo ante los balcones. Esos balcones… los balcones del periodo colonial español , en el caribe y en Centroamérica, son distintos a los que vemos por aquí. Por eso… losbalcones de Cartagena tienen una forma de ser, un personalidad tan española que no pueden negar su cuna. Al mismo tiempo se muestran tan bien conservados y decorados que caminar mirando hacia arriba es una tentación, que solo se puede resistir bajo la amenaza de tropezarnos en el camino.
Te cuento del viaje. @marcelolopezcba. argentina