Hace varios inviernos, la fiebre tifoidea se expandió en la zona (ciudad de Hamhung, situada en la provincia de Hamkyung-Norte) donde vivía ella. "Todos con dolores estomacales fueron al hospital. La enfermedad se expandía como un relámpago pero los doctores eran insuficientes de atender a todos los pacientes. He visto que algunos morían en los pasillos del hospital. A parte de las muertes por dicha enfermedad, ella veía a los fallecidos con diversas causas de muerte. "Un día, una señora moría gélida en su casa al no haber leña suficiente para soportar el frío. Otro día, un hombre se había suicidado. Y otro día, una vecina moría hambrienta...no sabe lo doloroso es ver esas imágenes diariamente".
Ella trabajaba en una enorme fábrica de producción de abonos junto a su esposo. Dicho sitio empleaba a más de cien mil personas que vivían en Hamhung. Tras años trabajando, sin motivo alguno, la empresa se cerró y ella decidió cruzar la frontera en busca de una nueva oportunidad en China. Se siente muy arrepentida por haber dejado a sus padres y a su hija de cinco años. "Me he precipitado demasiado con la decisión que he dejado a mi propia hija. Iría de vuelta a Corea del Norte para traerla pero he oído que había un montón de militares en la frontera. Pero está decidido. Voy a por mi hija. Sólo espero que esté sana y salva".