Historias que hacen que compartamos emociones – Crítica de “La librería” (2017)

Publicado el 13 noviembre 2017 por Manuzapata @vivazapatanet

Me dijo una vez: «cuando leemos una historia la habitamos; las cubiertas de los libros son como un techo y cuatro paredes: una casa». Lo que más le gustaba del mundo era el momento en que terminas una novela y el relato te sigue acompañando como el más vívido de los sueños. Y después de eso le gustaba dar largos paseos para aclarar su mente de todas las emociones que esa obra le había provocado.

La voz en off que abre esta película describe en términos literarios, de manera apasionada pero lúcida, la misma sensación que invade a un cinéfilo cuando, al encenderse las luces, permanece sentado en la sala contemplando los créditos finales y escuchando la banda sonora; reposando eso tan hermoso que acaba de presenciar. Un estado que puede prolongarse varias decenas de minutos o llegar a durar horas e incluso días, dependiendo de la intensidad con la que la cinta haya golpeado su alma inquieta.

Esa misma mañana, tras años confusos de lecturas, paseos y luto por la muerte de su marido, Florence Green se despertó sabiendo exactamente qué quería hacer. Abriría una librería en el pueblecito al que había ido a vivir.

A través de una galería de pintorescos personajes, Isabel Coixet articula una narración con el coraje y el amor por la literatura en primer plano, pero también se hace eco de la mezquindad que, disimulada de falsa cortesía, aflora en determinadas pequeñas comunidades para rechazar y expulsar de las mismas a todo el/lo que viene de fuera.

El texto original de Penelope Fitzgerald, que la directora catalana ha adaptado, ubica la acción en la campiña inglesa, en 1959, casi quince años después de que terminase la segunda gran contienda mundial. A pesar de ello, según qué artimañas de la nobleza con influencias en los círculos políticos nos pueden resultar desagradablemente familiares. Las maniobras de la señora Gamart (impecable Patricia Clarkson) para que le sea expropiada la propiedad en la que Florence Green pretende abrir su tienda se encuentran a la altura de cualquier cacique local que hayamos podido conocer, con la salvedad de que ella lo hace desde la más exquisita educación, faltaría más.

Aunque las verdaderas joyas de la novela, del guión y del filme las encontramos en las almas gemelas que congenian con el espíritu valiente de la protagonista. La complicidad que obtiene de Christine, la ingeniosa Honor Kneafsy, la niña que, más allá de su desapego por los libros, se convierte en fiel escudera y ayudante. Y la amistad, el gusto compartido por la lectura y mucho más que eso, que surge de una intensa relación epistolar que el aparentemente huraño y misántropo señor Brundish mantiene con Florence gracias a los pedidos que realiza a su establecimiento. Aquí es donde la estupenda Emily Mortimer y un grande de la cinematografía británica como Bill Nighy consiguen estremecernos de manera sutil y elegante, trayéndonos a la memoria hermosos pasajes de La carta final que todavía pululan en nuestro recuerdo.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  ©  A Contracorriente Films, Diagonal TV, Zephyr Films, ONE TWO Films, Green Films. Cortesía de A Contracorriente Films. Reservados todos los derechos.

La librería

Dirección y guión: Isabel Coixet, basado en la novela homónima de Penelope Fitzgerald

Intérpretes: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy

Música: Alfonso de Villalonga

Fotografía: Jean-Claude Larrieu

Montaje: Bernat Aragonés

Duración: 110 min.

España, Reino Unido, Alemania, 2017

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